La selección ecuatoriana se llevó el premio fair play del Sudamericano Sub 17

La voz potente de Javier Rodríguez, el entrenador de la Sub 17 retumbaba en el estadio de San Martín en Lima. “Atento Mejía (Adrián), atento Mejía”, gritaba el experimentado entrenador que en noviembre dirigirá su tercer mundial de la categoría, en Brasil.

Cuando llegó el pitazo final del partido, de la sorprendente goleada de la Tricolor por 4–1 sobre el campeón del torneo, Argentina, a Rodriguez, excomerciante de la Bahía guayaquileña, se le enrojecieron los ojos.

Pero quiso vivir su alegría con privacidad. Pedía a la cámara que levantaba la señal internacional que no lo enfoque y que más bien apuntase el lente a sus jugadores, que celebraban arrodillados en la cancha sintética tras haber obrado un milagro.

Uno de los más efusivos era el preparador de arqueros, Miguel Santillán. El exgolero de Liga y Olmedo, enfundado en un terno azul, abrazaba a los futbolistas juveniles que celebran con furioso júbilo.

Ecuador había precisado de 20 minutos en el segundo tiempo para revertir un marcador adverso de 1-0. Necesitaba ganar por tres goles de diferencia y así lo hizo.

Uno de los más felices era Johan Mina, autor de dos goles en el partido. El delantero de Emelec terminó como el máximo romperredes del Sudamericano con seis anotaciones. Él elevaba la mirada al cielo porque Ecuador jugará su quinto mundial de la categoría. Mina se lleva el mismo trofeo que se llevó Leonardo Campana, goleador del Sudamericano Sub 20 en Chile. 

Además, la selección ecuatoriana se quedó con el premio fair play del Sudamericano. La Sub 17 iguala la clasificación conseguida hace poco por la Sub 20, que en cambio disputará el Mundial de Polonia. 
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