Djorkaeff Reasco aprendió de Barcos, Anangonó y Martínez Borja a definir
Djorkaeff Reasco es prueba de que la paciencia y el trabajo silencioso puede ser recompensado. Volvió a Liga de Quito a la espera de oportunidades y a mitad de la temporada estuvo a punto de irse del club. Sin embargo decidió no abandonar y luchar por su sueño.
Su determinación y su temple para seguir sus sueños y planes tuvieron su efecto positivo. Las puertas que estaban cerradas empezaron a abrírsele. Él se llenó de coraje para demostrar de qué estaba hecho.
Reasco, el hijo de uno de los capitanes históricos de Liga de Quito, decidió quedarse en el club por una simple razón. Desde que era niño el complejo de Pomasqui y el estadio Rodrigo Paz Delgado fueron sus casas y aprendió a amar con locura a la 'U'.
El delantero de 23 años se considera un guerrero de sueños inquebrantables. Es perseverante hasta cuando hay adversidades. De eso, Reasco sabe bastante. Estuvo un poco más de un año parado por una doble lesión. Migró a México y la pandemia del covid 19 casi hace estragos en la Liga de Ascenso.
"En México fue complicado, porque ni bien llegué a Dorados se paralizó todo por la pandemia. Luego nos informaron que no habría ascensos y los jugadores empezaron a salir del club", dijo Reasco.
Cuando todo parecía adverso, para él el cielo empezó a despejarse. Su edad le favoreció. La ahora llamada Liga Expansión puso un límite de edad hasta los 25 años y seis jugadores pasados.
Reasco empezó a tener minutos. Tanto, que se tuvo fe y hasta se mandó a hacer la primera máscara de Spiderman, esperando celebrar. Al final los goles no llegaron y tuvo que regresar a Liga de Quito.
Ahora con los albos se volvió un indiscutido. Ha sido su temporada más productiva de goles. Lleva marcando siete tantos entre la LigaPro y Copa Sudamericana.
"Hubo la posibilidad de salir de Liga a préstamo a mitad de temporada. Habían dos delanteros y no jugaba. Pero se fue Cristian Martínez Borja y después el DT Pablo Repetto", dijo.
Con la llegada del DT Pablo Marini, Reasco tuvo más chances. Debía demostrar su olfato goleador y sí que lo logró. Desde que marcó el primero sintió la confianza del entrenador argentino.
En Pomasqui tuvo los mejores maestros. Con Hernán Barcos aprendió a posicionar mejor su cuerpo. Practicaba movimientos sin balón para acomodarse mejor y sacar remates potentes. Con Juan Luis Anangonó entendió lo que significan las oportunidades y los remates de primera.
Pero el mejor mensaje fue el de Martínez Borja. El cafetero le enseñó a ser paciente. El colombiano llegó a Liga a mediados del 2018 y recién a finales del 2019 y todo el 2020 fue titular y goleador. Estuvo un poco más de un año esperando su chance. Esa experiencia fue transmitida al joven goleador.
"Barcos me enseñó me enseñó a tener esa frialdad. Cuando llega un delantero al equipo trato de pegarme a ellos. Trato de aprender de todos y busco implementarlo en mi juego", dice Reasco.
Pero no solo con sus compañeros. Es un fanático del fútbol internacional. Saca apuntes de Romelu Lukaku, Cristiano Ronaldo y delanteros del primer mundo.
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