Ejerce el periodismo desde el 2003, es autor de libros como Ídolos deportivos y fans en internet (2013); Gerencia del Deporte en el Siglo XXI (2017) y Detrás del juego. Estudio de mercado del fútbol ecuatoriano (2018); colaborador de prestigiosas revistas a nivel mundial y profesor de Periodismo Deportivo en la Universidad Central del Ecuador. Actualmente forma parte del staff de deportes en Radio Pichincha Universal.
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miércoles 23 de septiembre 2020

La selección de fútbol: un gasto lejos de la inversión

Andrés Luna

La Liga Pro de Ecuador es el quinto campeonato de fútbol en el mundo con más entrenadores extranjeros. Así lo revela el informe del Observatorio de Fútbol CIES con sede en Suiza. Por delante de nuestro país solo figuran las multimillonarias ligas de Arabia Saudita (93.8%), Emiratos Árabes Unidos (92.9%), Catar (91.7%), India (90%) y compartimos puesto nada menos que con la gigante liga CSL de China, con 81.3%. “Para la Federación los técnicos ecuatorianos somos una piedra en el zapato”, lamenta Alex Aguinaga.


Y es que a la adicción de técnicos extranjeros que padece el torneo nacional, se suma la obsesión de la Federación Ecuatoriana de Fútbol por invisibilizar a los entrenadores que, irónicamente, ella mismo gradúa. “Formar integralmente a profesionales en el campo futbolístico y deportivo para contribuir con el desarrollo del país”, reza la misión del Instituto Superior Tecnológico de Fútbol de la FEF. “En el Instituto necesitas 3600 horas de estudio para recibirte como Técnico, en Brasil o Argentina lo haces con solo 2000 horas”, cuenta Juan Urquiza, Gerente de Licencias de entrenadores en la FEF. “La Licencia Conmebol te exige apenas un curso de 40 horas”, explica quien dirigió a los dos grandes de Guayaquil, demostrando la rigurosidad con la que se han formado más de 300 entrenadores en el país.

La oportunidad de que la Selección nacional predique con el ejemplo se desvaneció el 26 de agosto cuando se anunció a Gustavo Alfaro como seleccionador nacional por 1.6 millones de dólares, jamás dirigió en Ecuador, su cuerpo técnico lo conforman otros seis argentinos más. “Un entrenador se escoge por su capacidad, no por su nacionalidad”, acierta en Twitter la periodista Johanna Calderón, pero Ecuador no necesita solo un entrenador, le urge una nueva industria y “generar fuentes de trabajo”, como apunta Gustavo Soler, quien llegó en el 2010 a Cuenca y hoy es Secretario Técnico en Aucas.

Uruguay es un potencial exportador de carne y arroz, pero su producto interno bruto se alimenta también con la exportación de futbolistas, “por venta de jugadores ingresaron al país casi la misma cantidad de divisas que por la venta de despojos comestibles de animales de las especies bovina, porcina, ovina, caprina, caballar, asnal o mular, frescos, refrigerados o congelados", revela el Instituto Uruguay XXI, promotor de exportaciones e inversiones de ese pequeño Estado; las cifras bordean los 80 millones de dólares. Entre enero y junio de 2020, Colombia tuvo a 14 entrenadores dirigiendo en el exterior, siendo noveno en el mundo con más número de directores técnicos exportados; cifras de seis ceros reinvertidas en su territorio.

El nuevo DT de Ecuador, Gustavo Alfaro (izq.), posa junto a Francisco Egas. Foto: FEF

El nuevo DT de Ecuador, Gustavo Alfaro (izq.), posa junto a Francisco Egas. Foto: FEF


“La primera inversión que hice cuando gané algo de dinero en Necaxa fue comprarme una casa en Carcelén, años más tarde compré dos departamentos porque pensaba regresar en cualquier momento”, confiesa Aguinaga, explicando cómo el capital ganado en el exterior entra a modo de divisas gracias al deporte. Por una investigación judicial ajena al futbolista, se reveló públicamente que Antonio Valencia era propietario de al menos 12 departamentos e inversionista de otros tantos proyectos inmobiliarios en Ecuador, todo gracias al dinero ganado con esfuerzo, talento y sobre todo con las oportunidades que le brindaron en Europa. “Invertir en bienes raíces es una opción muy tomada en cuenta por futbolistas ecuatorianos”, lo reconoce Octavio Zambrano, con 20 años dirigiendo en el extranjero. Las principales rutas migratorias mundiales de futbolistas muestran a los 261 brasileños que juegan en Portugal, los 116 argentinos en Chile, los 47 colombianos en México; Ecuador no figura en la lista de los grandes exportadores, pero si aparece como uno de los mayores compradores de futbolistas argentinos: 47 hasta junio en el 2020.

Un país que se ha llenado de mendicidad en cada esquina necesita una entidad que promueva el empleo y la inversión local para crear la riqueza que nuestros vecinos nos han demostrado cómo generarla con el fútbol. Octavio Zambrano también quiso dirigir a Ecuador. Es un hombre récord en la MLS de Estados Unidos, dirigió a la selección de Canadá y en el 2018 disputó la final del campeonato colombiano dirigiendo al Independiente de Medellín. “Colombia es otro modelo muy distinto, ellos les dieron la confianza a sus entrenadores hace muchos años, tienen una gran escuela”, me lo cuenta, mientras con resignación concluye en que “es más probable que vuelva a dirigir en Colombia que en mi país”.


De los 10 países que más exportan directores técnicos al exterior, cuatro son sudamericanos: Argentina tiene 68, Uruguay 24, Brasil 16 y Colombia 14; el secreto es que primero tengan la opción de trabajar en su propio campeonato o Federación. Sin haber sido nunca tomado en cuenta para un proyecto grande, Paúl Vélez ha acariciado en varias oportunidades el título nacional y era uno de los preferidos por la afición para asumir a la Tricolor. El éxito de Gustavo Alfaro lo deseamos fervientemente los seguidores del fútbol, no obstante, se incrementó la deuda de la dirigencia con los entrenadores nacionales. Ojalá pronto todos sus logros, preparación y capacidad puedan ser reconocidos por quienes sostienen la empresa deportiva en Ecuador. “Se debe proyectar un proceso que complemente a esos jóvenes entrenadores que se gradúan a sus 21 años con quienes han hecho una larga vida profesional como jugadores o técnicos”, explica Urquiza, aclarando que lo que más existe en Ecuador son profesionales calificados, “gente como Franklin Salas o Carlos Grueso tienen una formación extraordinaria, ya no tienen dónde más capacitarse”, y algún momento deberemos permitirles demostrarlo.