Ejerce el periodismo desde el 2003, es autor de libros como Ídolos deportivos y fans en internet (2013); Gerencia del Deporte en el Siglo XXI (2017) y Detrás del juego. Estudio de mercado del fútbol ecuatoriano (2018); colaborador de prestigiosas revistas a nivel mundial y profesor de Periodismo Deportivo en la Universidad Central del Ecuador. Actualmente forma parte del staff de deportes en Radio Pichincha Universal.
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jueves 16 de mayo 2019

La oportunidad de los de abajo en los 'playoffs' de la LigaPro

Andrés Luna
Opinión (O)
Twitter: @alunamontalvo

La repartición de títulos entre Emelec, Barcelona y Liga de Quito en los últimos años tiene una explicación que podrá respaldarse en el desenlace con el que termine la temporada 2019. Los campeonatos largos de 44 fechas, vigentes hasta el 2018, eran una clara muestra de lo que estos tres grandes del balompié ecuatoriano defendían: torneos extensos, donde solo los cheques de los equipos solventes podían aguantar y en los cuales los poderosos prevalecían ante los clubes pequeños que poco a poco se desvanecían con el paso de la temporada, pese a estar al inicio del año entre los primeros lugares.


Si contamos las chances que han tenido Macará, Aucas, Delfín, Independiente del Valle o Universidad Católica de ganar un título, son precisamente aquellas en las que lideraron las primeras etapas, seis meses aproximadamente, y no se veían asfixiados por las angustias propias que llegan con los meses más inclementes del torneo, octubre o noviembre, en donde varios incluso han descendido por no poder soportar la presión económica.

La propuesta de la LigaPro, realizar una sola etapa de “todos contra todos” y acomodar a los ocho mejores en un 'playoff', abre ampliamente la posibilidad para que los equipos “de abajo” puedan meterse en la final del certamen con amplias chances de ganarla. Los modelos que han inspirado a este sistema son una muestra de la diversificación de los clubes que han podido dar una vuelta olímpica.

Colombia, por ejemplo, con 18 años de disputar torneos cortos, ha coronado campeón a doce distintos clubes; y lejos de los tres que se han repartido el pastel en Ecuador desde el 2012, en el mismo periodo de tiempo, la Liga Colombiana tiene siete distintos monarcas. En México incluso se ha exportado la famosa “Maldición del Superlíder”, que consiste en que el mejor equipo de la primera etapa no puede ganar la Liga porque siempre hay un 'outsider' que llega para conquistarla.


Esta fórmula, incomprendida por buena parte de los aficionados y también del periodismo, le devuelve una emoción perdida que el campeonato ecuatoriano de fútbol resignó hace mucho tiempo. El solo pensar que se disputaba un “todos contra todos” de seis meses para otorgar un cupo a la Copa Libertadores de América y otras 22 fechas para encontrar al otro finalista, con premio de cupo a la Copa Sudamericana al octavo de doce equipos, nos muestra que defender el sistema del 2018 en detrimento del 2019 es insostenible.

Los 'playoffs' son impredecibles, convierten a cualquier partido corriente en un “juego de vida o muerte”, despertarán la pasión dormida, pero sobre todo amplían la posibilidad de diversificar a los campeones de cada año, pues ya no se recompensará únicamente a los que tuvieron una plantilla competitiva de 30 jugadores para aguantar el ritmo de 11 meses, sino que premiará a esos planteles reducidos que tuvieron la entereza de voltear a los grandes en juegos de ida y vuelta en donde todo, hasta lo indecible, puede pasar.

Los 'playoffs' acercan a Independiente del Valle, al Macará, al Aucas y a otros 'outsiders' al título, ya no dependerán de largas y aburridas 44 fechas de lo mismo, sino que se jugarán el año en una tarde, en esa misma tarde que los aficionados lo abandonarán todo para ver a su club, que en un “uno a uno” en igualdad de condiciones, se enfrentarán para saber quién pasa de fase o quién tuvo una mejor aura para levantar la copa.