Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO. Síguelo en Twitter: @guapodelabarra
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viernes 29 de junio 2018

Mundial, día 15: Colombia papá, el vago del poste y las tarjetas japonesas

Alejandro Ribadeneira
Opinión (O)
Twitter: @guapodelabarra

Colombia se quedó con el primer lugar de su grupo gracias a su (demasiado) sufrido triunfo sobre Senegal. El equipo de Pékerman aún no muestra todo el potencial que se supone tiene y estuvo lejos del buen cotejo anterior con Polonia; pero al menos demostró que la pelea, que planta cara ante la adversidad, que hay fuego interno.


La lesión de James generó tensión y un desbarajuste en el esquema del entrenador (¿Pekerman lo envió al campo a pesar de que no estaba recuperado de su lesión?) y el arquero Ospina, de estupendo desempeño, es gran responsable de que el marcador fuera favorable a los cafeteros. El gol de Mina exagera, seamos justos, la imagen de un jugador que tiene un gran golpe de cabeza pero que también exhibe yerros, quizás por la ansiedad. Aunque todo el equipo colombiano fue eso mismo, la expresión de los nervios colectivos reflejada en que, algo increíble, los jugadores no se mostraban para recibir la pelota, lo que determinó en la fluidez del fútbol colombiano en general.


Senegal, sin embargo, fue peor. A los africanos les bastaba el empate pero fracasaron rotundamente. Quedará para la posteridad la imagen de Idrissa Gana Gueye, prácticamente amarrado al poste en el salto de Mina y mirando el balón, ¡sin hacer nada! Estamos hablando de un jugador de la Premier League, que ha sido parte del equipo olímpico y que tiene experiencia en esas jugadas. Quizás sabía que Mina iba a anotar de todos modos y prefirió disfrutar del gol. Pero es mucho más triste que este equipo será recordado por ser el primero de la historia en eliminarse bajo el criterio del juego limpio.


Ya sabíamos que el harakiri es algo muy japonés, pero el entrenador Akira Nishino casi se suicida por querer demostrar que posee visión. Para el duelo con la eliminada Polonia, guardó a sus estrellas Inui y Hasebe (por el riesgo de que una tarjeta los dejara fuera de la siguiente ronda) y refrescó su equipo con otros cuatro cambios. Pensaba en el postre sin haberse servido la sopa. Resultado: el equipo japonés lució desdibujado cuando atacaba y endeble cuando defendía, y cedió un gol que realmente parecía que dejaba fuera a Japón. Cuando Nishino ya estaba al borde de un ataque de nervios, Colombia venció a Senegal y, ante el empate en puntos, gol diferencia, anotaciones y el resultado previo con los africanos, Japón obtuvo la segunda plaza porque solo recibió cuatro amarillas en tres partidos, dos menos que los chicos del DT Aliou Cissé.


Polonia, por su lado, se despidió del Mundial con un triunfo pero la imagen del astro Lewandowski quedó por el suelo, sin anotar y entrando en la galería de los grandes fiascos de este torneo.


Otro fiasco para los fanáticos que esperaban ver a Kane y Lukaku, fue el cotejo entre Bélgica e Inglaterra, debido a que ambos cuadros, ya clasificados, usaron a sus suplentes. Estaba en juego el primer lugar y lo obtuvo Bélgica, con un gran disparo de Adnan Januzaj. Los Diablos Rojos mostraron dinamismo pero ganar la llave quizás fue mala idea: les tocó Japón en octavos pero Brasil aparece como potencial rival en cuartos. Inglaterra quedó segundo pero quizás mejor acomodado pues su rival será la caja de sorpresas de Colombia y, si la supera, en cuartos podría verse con Suecia o Suiza. ¿Más fácil?


El que no la tuvo fácil nunca fue el ‘Bolillo’ Gómez, que no pudo evitar una nueva derrota a pesar de que Panamá empezó ganando. Pero Túnez le dio la vuelta, ganó 2-1 y, de paso, generó que los veteranos (el portero Jaime Penedo, los defensas Felipe Baloy y Román Torres, el centrocampista Gabriel Gómez y los delanteros Blas Pérez y Luis Tejada) anunciaran su retiro de la selección. Panamá es, oficialmente, la peor selección del Mundial. ¿Y Bolillo? Bueno, sigue aprendiendo.