El DT Alfaro, el ‘Kitu’ Díaz y los mejores en la Tricolor
Somos incorregibles. Ni bien el entrenador Gustavo Alfaro se presentó en Quito, aparecieron las cascadas de nombres sugeridos por los ‘entendidos’ para que sean convocados a la Selección. Alfaro claramente lo dijo: llamará a los mejores del momento. Aunque es un buen signo que al menos exista la oferta de aplicar la meritocracia, el problema está en que definir al mejor siempre tendrá un enorme componente subjetivo.
Es como preguntar cuál es el mejor automóvil. La respuesta debe pasar por otra pregunta: para qué se quiere ese auto, para ir al trabajo en la ciudad, para ir con la familia a la montaña, para cargar materiales de la construcción o para qué. Con el fútbol es lo mismo pues cada jugador aporta alguna utilidad, a veces muy específica, al esquema de juego o la estrategia. Si deseo trabar el juego por la mitad, no pongo a Lionel Messi en ese lugar.
Si eso estuviera claro, muchos no habrían perdido el tiempo (ni el buen humor) en el innecesario debate sobre la hipotética presencia de Damián Díaz en la Tricolor. La edad, el club en que juega, su país de origen y sus bemoles (ni Pelé tuvo partidos siempre perfectos) no son lo más importante. Una vez más: Díaz puede estar en la selección si el entrenador entiende que las virtudes de ese jugador le servirán en la cancha.
Nos aprestamos a un debate parecido por el arco. Jorge Pinos y Hernán Galíndez parecen ser la mejor opción en este momento, pero el entrenador quizás desee algo más, una faceta que ambos no tengan. La decisión de llamarlos, en todo caso, así como a los demás jugadores de cada puesto, debe pasar por lo utilitario, no por el chauvinismo ni por el club.
Es lo más seguro para equivocarse lo menos posible y, lo más importante, comenzar este nuevo proceso con seriedad, algo que no tenemos desde Reinaldo Rueda.
