Periodista con 11 años de experiencia que admira al fútbol y todo lo que este apasionante mundo envuelve. Licenciado en Comunicación Social, formado en diario El Comercio por grandes editores y con trayectoria en otros medios como diario Hoy, TV Hoy y Grupo Radial Delgado. Twitter: @Fabychocolate
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miércoles 26 de junio 2019

¿Realmente Ecuador solo puede brillar jugando en la altitud?

Fabián Alarcón
Opinión (O)
Twitter: @fabychocolate

Un periodista de la cadena DirecTV aseguró que los resultados mostrados por Ecuador en la Copa América de Brasil solo confirman que la Tri depende de la altitud para llegar a un Mundial o brillar a escala de selecciones mayores. Y no hay que enojarse, porque es cierto, sobre todo con Hernán Darío Gómez al frente.


La penúltima vez que el combinado principal dejó una buena imagen fuera de Quito fue en el Mundial de Alemania 2006, cuando alcanzó por primera vez en su historia los octavos de final del torneo.


La última vez que fue capaz de luchar de igual a igual sin altitud fue en el arranque de la eliminatoria al Mundial Rusia 2018, curiosamente bajo el mando de Gustavo Quinteros. Allí fue capaz de vencer a Argentina en su propio país.


Ecuador, sobre todo a partir del Mundial 2006, ha crecido poco a poco en lo futbolístico, con clubes que dejaron de lado el temor de ser ecuatorianos para competir de tú a tú en torneos internacionales como la Copa Libertadores o Sudamericana. Así llegaron los éxitos de Liga y las vibrantes campañas de Barcelona, Independiente del Valle, Universidad Católica….


La mentalidad ganadora también se vio reflejada en los juveniles, quienes se destacaron con las selecciones menores con clasificaciones consecutivas a los mundiales Sub 17 y Sub 20, pasando incluso la primera fase. El más reciente éxito fue lo logrado por la Sub 20 de Jorge Célico, tercera del mundo. Además, contamos con legionarios que brillan en diversas ligas del planeta.


Pero, la llegada del Bolillo significó un retroceso… futbolística y mentalmente. Cuando empezamos a convencernos de que Ecuador tiene potencial para competir en cualquier lugar, categoría o equipo, el técnico colombiano nos bombardeó con un discurso que irradió complejo de inferioridad por toda América.


Es cierto que la Tricolor ha tenido desastrosas campañas en las Copa América, por ello era necesario llegar a Brasil para competir de verdad, aunque no se lograse el título. Batallar como lo hicieron los chicos de la Sub 20 en Polonia, sin complejos. Demostrar que el combinado no requiere de altitud para presentar un plantel combativo, de buen fútbol. Eso solo se podía lograr con un técnico que mantuviera esa mentalidad.


Con Bolillo, Ecuador perdió la oportunidad de demostrar que ese crecimiento futbolístico ecuatoriano es real. Si sigue al frente, la afición ecuatoriana deberá prepararse para ver al equipo ganar solo en Quito y defenderse de visitante en el camino al Mundial 2022. Y si logra la clasificación, soportar la idea de que se llegará solo a participar y no a competir, como lo hicimos con el mismo entrenador en el 2002.