Imagen de un entrenamiento de Liga de Quito en Pomasqui

Imagen de un entrenamiento de Liga de Quito en Pomasqui. Foto: Archivo

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15 de diciembre de 2018 16:55

Salsa y un ‘grito de guerra’ son frecuentes en el camerino albo

Alex Puruncajas

Érick Viveros pone el ritmo en Liga. Su parlante suena a todo volumen, con salsa y reguetón, en el complejo de Pomasqui y en los camerinos de los estadios donde juega la ‘U’.


​El golero, de 22 años y quien debutó esta temporada en la Primera categoría, siempre lleva el parlante al sitio de entrenamientos y a los vestuarios. Le gusta escuchar la música para relajarse junto a sus compañeros antes de juegos trascendentales.


Este domingo 16 de diciembre tendrán uno de esos cotejos. Los albos recibirán a Emelec, al mediodía, en el estadio Rodrigo Paz, en el duelo que definirá al campeón de la Serie A. Los ritmos tropicales son los preferidos de los azucenas en las horas de encierro.


Eso sí, los gustos varían. La salsa ‘dura’ es una de las preferidas, por ejemplo, del mediocampista Jefferson Orejuela. También hay momentos para la concentración y las oraciones. En el camerino de la Casa Blanca de los azucenas hay una especie de altar.


Ahí se ven imágenes y estampas de la Virgen Dolorosa, de Jesús del Gran Poder, del Divino Niño y del Corazón de Jesús. Varios de los jugadores se acercan al altar y realizan oraciones en silencio. Otros, como el zaguero Hernán Pellerano, el golero Adrián Gabbarini y el delantero Juan Luis Anangonó, prefieren arengar a sus compañeros y decirles frases de aliento y motivación antes de cotejos ‘bravos’.


Incluso el utilero Rodrigo Boada, conocido como ‘Wa­sho’ y quien tiene ‘cara de bravo’, alienta a los jugadores. Así lo hizo con Kevin Minda, cuando el zaguero salió a la cancha para debutar ante El Nacional, hace tres semanas, en el estadio de Ponciano.


“Lo importante es que haya compañerismo y unión”, dice Jefferson Intriago, quien suele pintarse la barba de color amarillo antes de los compromisos. José ‘Choclo’ Quintero lo imita. En ocasiones, se ha teñido ‘la chiva’ de rosado. El lateral también toma la palabra para realizar una oración antes de salir a la cancha. Los jugadores e integrantes del cuerpo técnico y médico forman un círculo en el camerino para escuchar al esmeraldeño. 


La arenga final corresponde al fisioterapeuta Fernando Iza. ‘El Durito’, como es conocido por los jugadores, se ubica en el centro del círculo y lanza el ‘grito de guerra’. “Por la Liga: Liii... ¡Liii..! Gaaa... ¡Gaaa..! ¡Li, li, li, ga, ga, ga, Universitaria”, suena con fuerza antes de que los jugadores atraviesen el túnel que conduce a la cancha. Esa arenga es tradicional en el vestuario de los azucenas.


La instauró Milton Cervantes, exmédico del cuadro albo. El entrenador uruguayo Pablo Repetto acompaña a sus dirigidos en el grito. Él suele dar indicaciones puntuales y breves antes de los encuentros. No le gusta agobiar a sus pupilos con discursos largos ni instrucciones complicadas. Repetto dice no tener cábalas.


Sin embargo, en ocasiones ha repetido su vestimenta en algunos partidos. Por ejemplo, en dos juegos ante Emelec en el Capwell, se puso un pantalón negro y camisa celeste. El uruguayo asegura que en cotejos como el del domingo “los jugadores tienen que dar algo más”. Expresa que la actitud de sus dirigidos será vital para obtener un resultado positivo para alcanzar el título.


​En la ida, ambos equipos empataron 1-1. Con ello, un empate sin goles daría la corona a los azucenas. En caso de una nueva igualdad 1-1, habrá penales. Mientras que un empate de 2-2, o por más tantos, daría el título a los azules. El gol de visita puede ser determinante en el partido final del Campeonato. Repetto y sus asistentes, Óscar Quagliata y Rodrigo Teixeira, dirigirán su primera final de la Serie A.


En el 2016, estuvieron al frente del Independiente del Valle en la dispu­ta del título de la Libertadores, que conquistó el Atlético Nacional de Colombia. ¿Y los directivos? Los Paz (Rodrigo y Esteban) observarán el juego en su suite. “Mi padre es tranquilo en los partidos. No muestra sus emociones. Eso sí, se alegra con los triunfos. Yo soy un completo desastre. Grito y hago de todo”, comentó Esteban Paz. Mañana estarán con sus familiares. 


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