Renato Paiva llegó a Independiente para la temporada 2021. Foto: Archivo.

Renato Paiva llegó a Independiente para la temporada 2021. Foto: Archivo.

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4 de diciembre de 2021 23:31

Renato Paiva consolidó a las figuras del valle

Ronald Ladines

Era un sueño cumplido, un reto, una ambición. Cuando Renato Paiva aceptó cruzar el océano Atlántico para sumarse a Independiente del Valle sabía que sería la experiencia más exigente de su carrera como entrenador. El portugués está cerca de alcanzar su primer título profesional, precisamente con el equipo de Chillo Jijón.


Llegó a Ecuador sin su familia, pero con las ganas de escribir su nombre en la historia de un equipo del que solo tenía referencias, tras las conversaciones con Ricardo Pereira, expreparador de arqueros del club y por lo que veía en los juegos de la Copa Libertadores.

Pereira, también portugués y colaborador del DT Miguel Ángel Ramírez, que había presentado su renuncia, acercó el nombre de Paiva a la directiva. Fue un proceso largo de entrevistas e investigación dirigencial, pero al final el vínculo se concretó, para bien de ambas partes.

Los resultados saltan a la vista. Bajo el mando del portugués, Independiente se mantuvo fiel a su estilo de juego y a su política de promover talentos. Como plus, el estratega llevó al club a su primera final del campeonato nacional.

Serio, trabajador, apasionado e intenso. Paiva reúne todas las cualidades de un entrenador triunfador. En los entrenamientos solo está en cancha durante 60 minutos, pero el lapso más exigente es para los jugadores, que a penas tienen dos minutos para hidratarse.

Quiere que sus jugadores cumplan con los circuitos tácticos. Para y reinicia cuando hay algún error. Sabe que la repetición es vital para mantener la misma identidad de juego durante los partidos en casa y en los de visitante, dentro o fuera del país, con frío o calor...

Sus colaboradores son: Luis Malanho (asistente), Ricardo Dionisio (preparador físico) y Rui Tavares (preparador de arqueros), los cuales se convirtieron en la familia sustituta del estratega de 51 años en su estancia en Ecuador.


Ellos viven juntos en una zona residencial de Cumbayá; desde allí, se movilizan hasta el complejo de Chillo Jijón para los entrenamientos y concentraciones.

Paiva es un acérrimo defensor de su equipo y jugadores. En varias ocasiones ha aprovechado las conferencias de prensa para cuestionar a quienes critican a su club, ya sean hinchas o periodistas.

Es eufórico, extrovertido, apasionado..., características que le sirvieron para fortalecer su relación con los jugadores. Este año, Paiva apoyó la base de esquema en futbolistas que se convirtieron en las figuras principales en el camino a la final.

Uno de los últimos en llegar fue Jonatan Bauman. El delantero argentino se sumó en septiembre, tras haber disputado el primer semestre con la camiseta de Mushuc Runa, club con el que anotó 12 goles.

Con la divisa rayada, el gaucho marcó 13 dianas, superando la producción que tuvo en el ‘Ponchito’. Esos tantos fueron vitales para que el equipo de Paiva se erigiera como el ganador de la segunda etapa, con 34 puntos y +20 de gol diferencia.

El bloque defensivo es otra de las fortalezas del equipo. En la segunda etapa, Independiente recibió ocho goles y fue el club con el menor número de tantos en su portería.


Moisés Ramírez
se consolidó y muestra en cada juego la experiencia que ganó en España, cuando militó en el equipo B de la Real ­Sociedad. Sus buenas actuaciones lo ­llevaron a debutar con la Selección ecuatoriana.

Richard Schunke y Luis Segovia lideran la defensa. La mezcla entre juventud y experiencia en esa zona fue vital para imponerse en partidos claves ante LDU, Barcelona y Emelec, este último el rival de las finales, el 5 y 12 de diciembre.

El capitán Cristian Pellerano y el ‘hijo pródigo’ Júnior Sornoza son los patrones de la zona media del equipo. El equilibrio y la generación de juego parten de sus pies, ya sean en acciones del partido o en las jugadas de balón detenido.

En ese sector se suma el uruguayo Lorenzo Faravelli, que es uno de los deportistas que más jugó durante el año. Disputó 29 de los 30 cotejos del torneo local y acumuló cinco goles.

Detrás de ellos, como un suplente de lujo, está Efrén Mera. El manabita es un líder positivo en el equipo de Chillo Jijón. Es el puntal de la espiritualidad del equipo y uno de los que más conversa con los juveniles.

Antes de los partidos, el volante de 35 años lidera las oraciones en el camerino. Paiva confía en su visión de juego y en su entendimiento con sus compañeros.

Anthony Landázuri y José Hurtado han compartido la titularidad por la banda derecha, lo que le ha quitado un dolor de cabeza al DT.