El arquero Jorge Pinos trabajó en un circo y vendía mangos
Jorge Pinos tuvo una dura adolescencia, ya que para atajar ahora en Independiente del Valle y ser finalista de un torneo internacional, debió sortear la pobreza junto con su familia. Entre las actividades que hizo para conseguir recursos estuvieron vender mangos y laborar en un circo.
El golero de 29 años contó a diario Extra esos detalles. Tras un periplo por Manabí, en busca de mejores días, Pinos regresó con su familia a Quevedo, su ciudad natal.
"Dios pone gente en el camino. Por medio de un amigo llegué donde Leonardo Loor, dueño del circo Los Pelusas, quien me dio trabajo. Me tocaba manejar el carro y recorrimos varias ciudades. Mi esposa me ayudaba mucho, ella en el entretiempo de las funciones pelaba mangos. Me tocó hacer eso, debido a que ya estaba cerrado el libro de pases (en el fútbol nacional)", contó.
Luego contó cómo fue su primera venta: "La primera vez jamás la olvidaré. Cogí las fundas y comencé a recorrer el circo, tenía el charol en mis manos, gritaba '¡mangos, mangos, mangos!', nadie me compró nada. Y ni siquiera me hicieron señas para preguntar cuánto valía. Ya cuando me iba a dejar las funditas, una señora me llamó y me compró uno. Así fue la primera vez. Luego sí vendía".
Pinos, quien empezó profesionalmente en el Barcelona SC entre el 2008 y 2009, contó que los mangos pertenecían al circo. Pero, que servía ganarse el sustento diario. "Fueron cerca de cinco meses. Conocí varias ciudades. Esto era todos los fines de semana", relató.
El meta también atendió en el bar de una escuela, pero sin desmayar en su sueño de ser futbolista profesional. Así pasó por clubes como Delfín, Técnico Universitario, entre otros. Ahora, la suerte le sonríe y es figura en el Independiente del Valle finalista de la Copa Sudamericana 2019.
