Periodista deportivo con algunos años en el negocio. Le pego con las dos piernas y no me caigo, diría que parezco mas un muñeco de futbolín. Soy hincha del equipo que mejor juegue y adicto al fútbol en todas sus presentaciones. Burlo a la barrera y le hago un gol a Twitter en mi cuenta @ROMULOBARCOS
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jueves 26 de julio 2018

Nadie nos quita lo bailado

Rómulo Barcos
Opinión (O)
Twitter: @ROMULOBARCOS

Hace dos semanas terminó el Mundial de Rusia alcanzando alta calificación en varios rubros como seguridad, organización, aporte tecnológico, orden y logística. Nos dimos el gusto de vivirlo, transmitirlo, disfrutar de sus figuras en cancha y de sufrirlo.


¿Sufrirlo? Pues si, mucha gente me brinda la bienvenida de vuelta al país y pregunta ingenuamente: ¿Es linda Rusia?, ¿paseaste bastante?, ¿conociste museos?, ¿fuiste a la tumba de Lenin?, ¿te tomaste fotos en el museo del espacio?

No entienden que ir a un Mundial no es ir de turista, significa romperse la garganta trabajando más allá de tus posibilidades, perder peso por no comer a las horas o sufrir por comida extranjera poco agradable, sentir muchas molestias por los cambios de horario, sufrir clima distinto al habitual y muchos etceteras más.

El mundial ruso nos generó varias emociones pues desde el inicio no era segura la cobertura y una vez confirmado el viaje este nos generó algunas experiencias que paso a detallar a continuación en un relato en retrospectiva.

Corría el mes de abril y no había posibilidad alguna de transmitir el mundial de fútbol que estaba a la vuelta de la esquina, los derechos del evento tenían alto costo para los medios, la competencia saturaba el mercado y tornaba dura la comercialización, de pronto una llamada del director de deportes de la radio: prepárate, te vas a Rusia a transmitir el Mundial.

El sueño de todo periodista deportivo es presenciar in situ los grandes eventos deportivos y el Mundial es ambicionado por todos. Lo más parecido a que un jugador de fútbol sea incluído en la lista de convocados de la selección nacional.


Se puede tener toda la experiencia del mundo en el negocio del periodismo que el cosquilleo en el estómago no te lo quita nadie, se repite la emoción de la primera vez, el nerviosismo de que todo se caiga y que el viaje se haga "agua". El evento más importante de los últimos cuatro años lo podrás disfrutar en vivo y en directo trabajando con todos los gastos pagados. No hay experiencia más intensa que esa. La tristeza de no ubicar a la Tri en el magno evento es otra de las emociones encontradas que no se pueden dejar de experimentar.

Llega junio del 2018, marca jueves 14 el calendario y arranca el torneo ecuménico, los jefes disponen; trabajas desde cuartos de final hasta el término del torneo. El afán personal de brindar la mejor de las coberturas hace recolectar material mundialista de cualquier origen, recortes de periódico o revistas especializadas o los viejos apuntes del mundial pasado jugado en Brasil y que también pudimos cubrir para nuestro medio, cualquier apunte, trozo de periódico, garabato o curiosidad sirve.

Llega el día del viaje, consola Comrex que utiliza internet como herramienta de comunicacion
, micrófonos, audífonos, lo más moderno y fino en equipacion radial ocupa el lugar más importante de la valija, no puede faltar la acreditación FIFA sin la que eres "nadie" en un mundial.

Todo listo, tickets de avión, reservación de hoteles, viáticos y el itinerario con la ruta más increíble; Guayaquil-Panamá-La Habana-Moscú, todo un training para llegar al mundial de los zares. Nada importa, lo principal es llegar a tiempo y bien preparado para disfrutar y transmitir la etapa más pesada del torneo: cuartos de final, semis y final, la creme de la creme, lo mejor de lo mejor, 'the best of the best', cualquier término vale para graficar la trascendencia de lo que se vivirá.

Inicia el viaje hacia la segunda mitad del evento el 1 de julio en Guayaquil donde la gente que te 'saca pinta' en el aeropuerto no puede dejar de hablar de fútbol y preguntar por los favoritos para ganar el torneo, y un tema difícil de evitar; porqué no está Ecuador en el mundial? Qué técnico vendrá a conducir al equipo de todos? Es realmente el bolillo Gómez la primera opción? Muchas preguntas, pocas respuestas del periodista, no somos pitonisos, podemos dar un acercamiento, no la verdad absoluta.


Primera escala, llegamos a Panamá, alta temperatura, mucha humedad, de no ser por la geografía y el acento caribeño de su gente juraría que seguimos en Guayaquil. En el taxi que nos lleva al hotel el tema de moda: fútbol mundialista. Y las explicaciones del conductor del taxi de porqué Panamá jugó un pésimo torneo; nos explica que el parlanchín del ‘Bolillo’ Gómez les dijo: "Todos tranquilos que al Mundial vamos a aprender", algo me resulta familiar en esa cita textual del DT colombiano.

Ya en el aeropuerto para embarcarnos a La Habana coincidimos en el vuelo con un señor de origen indio, su nombre resulta todo un trabalenguas, Umeshkumar Bhakh, resulta que el caballero es hombre de fútbol pues preside el club Plaza Amador de primera división y seis veces campeón del torneo profesional en el itsmo. Viaja a Rusia a vivir las últimas emociones del torneo, no para de hablar de fútbol al descubrir nuestra profesión y nos explica que en su club nacieron las figuras más destacadas de la selección de Panamá, una de ellos Rommel Fernández, también nos brinda una inducción express del perfil del extécnico del combinado panameño Hernán Darío Gómez, que habla mucho y trabaja poco, nos dice.

Segunda escala, ya en Cuba pensando que por fin nos desmarcabamos de la apetencia futbolera de nuestros casuales interlocutores nos encontramos con un policía de migración hijo de padre uruguayo y madre cubana, al ver nuestro pasaporte ecuatoriano se decanta por el fútbol y los goles marcados por camionadas por el extinto Alberto Spencer. Toca explicarle al hombre de uniforme porque se esperó que 'Cabeza Mágica' muriese para poner su nombre a un estadio. Vaya cubano este que me envió el destino a sellar mi pasaporte, está enterado de la vida, pasión y muerte del gran Alberto. Me hace preguntas incómodas como por qué no ha surgido otro como él en el fútbol nuestro, por qué no hay una escuela o semillero en Ancón de donde era oriundo Alberto. Y la puñalada final, acaso el origen británico por genes paternos del gran Alberto Spencer era el culpable de que no exista otro como él en nuestro pobre, triste y sudamericano Ecuador. No supe qué responder y me tocó sonreírle tristemente a mi nuevo e imprudente amigo cubano para salir del apremio.

No se puede escapar al tema futbolero y más cuando todo nos delata como periodistas deportivos en ruta al Mmundial.

Ni bien llego al aeropuerto Sheremetyevo de la gran capital rusa, me encuentro otro taxista hablador que identificando nuestro origen ecuatoriano pregunta al interpretar nuestro pésimo inglés de puerto porque Cristhian Noboa habla perfecto ruso siendo guayaco como nosotros, porqué tiene esposa moscovita e hijos de esa nacionalidad habiendo tanta Guayaca hermosa soltera y porqué no aceptó jugar de vuelta y retirarse en el equipo de sus amores en Guayaquil. Todo un erudito en fútbol el chico rubio moscovita de ojos saltones muy hablantín con cara de protagonista de Supercampeones y que viste camisa Uber.

Ya con el torneo en pleno desarrollo vivimos muchas situaciones enriquecedoras sobre todo en el tren subterraneo de Moscú donde encontramos gente de todas las nacionalidades que nos transmitieron su encanto y gran condición de anfitriones.

Al margen de las poquísimas malas experiencias y la falta de habitualidad en los horarios en una ciudad que tenía sol hasta las 11 de la noche y que lo veía encenderse nuevamente a las 3 de la mañana lo importante de todo esto es que, estuvimos en Rusia, transmitimos el mundial y nadie nos quita lo bailado.