Luis Baldeón y Aurelio Dávila enfrentan nuevo expediente en la Supercom

Los radiodifusores Luis Miguel Baldeón, Aurelio Dávila, Jerónimo Meneses y Enrique Vivanco asistieron la mañana de este miércoles, 19 de octubre de 2016, a la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom) para comparecer por un expediente por sus declaraciones en el programa 'Hablando Jugadas', de la Radio Redonda.

Familiares y amigos de los periodistas también llegaron a la diligencia y exhibieron carteles de apoyo. Incluso pidieron a los conductores que transitaban por el lugar que pitaran en señal de protesta.

Según la Supercom, los dos comunicadores “denigraron a la mujer” cuando emitieron comentarios “inadecuados” en su programa radial, sobre una supuesta relación sentimental de Antonio Valencia, jugador de la Selección, con la noruega Sophie Vagsaeter.

Aurelio Dávila habló con EL COMERCIO y señaló que hace un mes hablaron de ese “hecho público” y allí aseguraron que "una mujer vendió su cuerpo a Antonio Valencia" y aclaró que "en ningún momento dijimos una mala palabra, ni insultos”. Además, el periodista denunció que en la audiencia de esta mañana no les permitieron hablar y por eso se retiraron del lugar.

Dávila se quejó de este incidente en su cuenta de Twitter: “La Supercom no nos deja hablar, no permite que hablemos, es una farsa este circo”.

Además, a través de esa red social se activó la etiqueta #YoSoyHablandoJugadas, nombre del programa que conducen los dos periodistas en la Radio Redonda. En la cuenta de Twitter del programa de los cuatro radiodifusores se emitió un comunicado en el que explican su situación.

Seguidores de los comunicadores cuestionaron a la entidad de control. Baldeón y Dávila ya han sido sancionados por la Supercom en 11 ocasiones por hechos similares; en total han pagado más de USD 40 000 en multas, según dijo Dávila.

Tras abandonar la diligencia, los dos comunicadores aseguraron que esperarán nuevamente una sanción de aproximadamente USD 3 600. Calificaron la actuación de la Supercom como una “persecución” a su programa.