Jefferson Orejuela

Jefferson Orejuela lució perdido en la cancha en el partido ante Honduras. Foto: AFP

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26 de marzo de 2019 21:34

El 1x1 de Ecuador luego del decepcionante empate con Honduras

Alejandro Ribadeneira

Estas son las calificaciones para los jugadores de la Tricolor luego del desabrido empate sin goles con Honduras en Harrison, New Jersey.


Máximo Banguera, 6/10
No tuvo mayor acción en el primer tiempo, salvo una jugada de real peligro en la que achicó el ángulo con acierto y salvó el arco. En el segundo, también reaccionó a tiempo.

Juan Carlos Paredes, 1/10
Pésimo, tanto en los pases como en sus proyecciones. Tan intrascendente como la caja en la que se vende el tubo de pasta de dientes. Si lo siguen convocando, es que hay un padrino poderoso.

Robert Arboleda, 7/10
Solidez absoluta en la retaguardia cuando fue requerido, aunque se pasó de revoluciones en la falta que le mereció la amarilla. En general forma un buen equipo con Achilier, aunque todavía no se entienden del todo y a veces entra en desesperación (bueno, con los laterales que le tocó, cualquiera se asusta).

Gabriel Achilier, 6/10
Cumplió. El mensaje general de este y los anteriores amistosos es que debe aprender a escalonarse con Arboleda para transmitir la solidez que se espera de un jugador de su experiencia. Pero queda la sensación de que ya está casi consolidada la línea de centrales.


Beder Caicedo, 1/10
¡Qué desastre! Tan desatinado como en BSC. En el inicio del segundo tiempo, un error suyo casi cuesta el gol. Antes, en la primera parte, cuando se proyectó, a Campana le lanzó un piedrazo cuando se requería un pase con guante de seda.

Jefferson Orejuela, 3/10
Lució tremendamente incómodo como interior y falló más de lo aceptable pues estaba obligado a tareas mixtas. Resultado: deslució. Se fue a los 66 minutos.

Jhegson Méndez, 3/10
No estuvo en una buena noche debido a que la sobrepoblación de volantes generó que estuviera extraviado. No se complementó con Orejuela y también se fue a los 66.

Cristhian Noboa, 5/10
A pesar del período de inactividad en Rusia por lesión, tuvo momentos de liderazgo y lucidez. Careció de socios para sacar al medio campo de la intrascendencia. En esta ocasión, la táctica superó a los talentosos y Noboa no pudo mostrarse como le hubiera gustado, aunque sus pases entre líneas son imprescindibles. No salió para el segundo tiempo y los hondureños se fueron con todo.


Renato Ibarra, 3/10
Jugó por la zona derecha y no le fue bien. Lo mejor estuvo en el segundo tiempo, cuando saca provecho de una pelota que metió Arboleda y ganó el fondo, para dejar a Julio en posición de gol. Julio falló, por supuesto. En fin, Ibarra brilla en el América pero en la Tricolor, por alguna razón, se desinfla y resulta poco decisivo en el balance general.

Ángel Mena, 3/10
Empezó por fuera a la izquierda y prácticamente no existió pues sus movimientos fueron predecibles. Se cambió de puesto para la segunda parte y Ecuador generó más opciones. Pero se espera más de alguien que está en un estupendo momento en México.

Leonardo Campana, 4/10
Dio ternura mirarlo pelear con determinación, no contra los hondureños, sino contra los pésimos balones que le lanzaban. Si no fuera malpensado, diría que no le entregaban la pelota por algo más que por la presión del rival. Fue reemplazado en el segundo tiempo.

Jefferson Intriago, 1/10
No fue su culpa que entrara de forma innecesaria en lugar de Noboa, quien daba apertura por las bandas. Intriago tardó en acoplarse.


Romario Ibarra, 1/10
Lo metieron para jugar de 9 y naufragó en ese puesto tan surrealista para sus habilidades.

Johan Julio, 0/10
Entró pasado de energía. Falló una oportunidad clara de gol y luego asustó a todos con su choque de trenes contra el meta de Honduras. ¡Auch!

Carlos Gruezo, 0/10
Cuando la prioridad es ir adelante, ¡tranquilos!, que este jugador siempre encontrará la manera de retrasar el balón.

Hernán Darío Gómez, 3/10
Ecuador está jugando sin talento y sin efectividad. En esta ocasión no hubo asociaciones que crearan real peligro en el arco rival y existe la sensación de que el entrenador no utiliza adecuadamente las piezas que tiene por una extraña obsesión por lo táctico. Sí, son pocas las fichas que realmente tienen nivel de selección, pero es un lujo desperdiciar a Mena y Orejuela todo un tiempo en oficios que no les corresponde, por ejemplo. Los cambios del inicio del segundo tiempo fueron desastrosos, pero los del 66 en algo recompusieron el esquema. Lo peor del Bolillo, en todo caso, está en su actitud, que ahora es sarcástica. Sin resultados, los sarcasmos sobran.