Miguel Ángel Ramírez durante un partido de Independiente del Valle en la Copa Sudamericana

Miguel Ángel Ramírez durante un partido de Independiente del Valle en la Copa Sudamericana. Foto: API

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6 de noviembre de 2019 14:47

Independiente pasó del desencanto a la ilusión con dos entrenadores españoles

Agencia EFE

Independiente del Valle tiene un antes y un después en su historia con dos entrenadores españoles como protagonistas. Apostó por la entrega de su equipo joven respaldado por una rica cantera a Ismael Rescalvo pero perdió, ya que el valenciano, de 37 años, no resistió en abril a una oferta del Emelec. 


Sin mucho tiempo para las despedidas, el exdefensor partió a Guayaquil y los directivos del Independiente del Valle debieron moverse rápido para llenar el vacío en su banquillo.

A la mano estaba un joven de 35 años nacido en Las Palmas, con un doctorado en Ciencias de la Actividad Física que, a diferencia de Rescalvo, no llegó a jugar profesionalmente al fútbol.

Lo que en principio generó pánico entre la pequeña pero fiel hinchada del Independiente fue tomado después con alivio ya que Ramírez pronto alcanzó con sus pupilos una velocidad de crucero mientras que el Guayaquil de Rescalvo sólo en la última jornada, el pasado sábado, alcanzó el último cupo a la liguilla final.

Casi siete meses después de haber llegado al banquillo del equipo que disputará este sábado 9 de noviembre con el Colón argentino la Copa Sudamericana de 2019, Ramírez insiste en que la oportunidad de dirigir un equipo profesional en Ecuador ni la buscó ni la quiso.

"Me gusta mucho la formación, entrenar. Paso más tiempo con las formativas que con el primer equipo", expresó el extécnico de Las Palmas y antiguo asistente de la selección catarí sub'19.

Después de una experiencia de seis años en Catar, el canario llegó a Ecuador en junio de 2018 contratado para dirigir la cantera del Independiente del Valle.

El inesperado giro que dio su vida lo ha atribuido a los resultados que ha ofrecido a los directivos. "El club no me dio la confianza, la confianza se construye y seguramente hice algo para construirla y el club también. Y juntos hemos determinado qué era lo mejor en el primer equipo", explicó.

"Pequeñas metas en pequeños pasos", es como un mantra que el español Ramírez suele repetir a sus pupilos. Recientemente afirmó que nunca soñó con llegar a la final de la Copa Sudamericana. "No acostumbro a soñar con cosas que no veo realizables", apostilló.


La del sábado será la segunda final de un torneo internacional que disputa el IDV.
En 2016 perdió el título de la Copa Libertadores ante el Atlético Nacional colombiano. Y aunque el título ecuatoriano aún le resulta esquivo al IDV, indiscutiblemente es el equipo de moda en el país.


Tiene una hinchada pequeña que, según su más visible líder, Michel Deller, permite a los directivos tomar ciertas decisiones, a veces arriesgadas pero con visión de futuro. Un margen de maniobra así no se permiten los grandes clubes, matizó Deller.


Así fue como en 2010 y 2011, cuando el equipo estuvo a punto de regresar a la Segunda División. Pese al riesgo, los directivos siguieron apostando por los jóvenes. Y no perdieron.

Oriundo de Sangolquí, una ciudad cercana a Quito que no es ni mucho menos cuna de grandes futbolistas, Independiente del Valle dio una lección a los equipos tradicionales con esta apuesta y su importante inversión en la cantera.

Ahora, acomodado en Primera División, el Independiente es el nuevo proveedor de jugadores de la selección ecuatoriana en todas sus categorías, que antes se nutría, especialmente, de clubes como Barcelona, Liga Deportiva Universitaria y Emelec, considerados los más fuertes del balompié nacional.




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