Edgardo

Edgardo Bauza se toma con mucha tranquilidad el momento que vive. Foto: Canchallena.com.ar

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Bauza: 'Encabezo las listas de preferencia en Ecuador...'

Canchallena.com.ar

Argentina

La vida es una aventura fascinante el día después de un 5-0. El invierno se convierte en primavera el día después de un 5-0. No hay oscuridad, no hay laberintos, se acaba la crítica y la soledad el día después de un 5-0. Edgardo Bauza sonríe, camina por las calles de Puerto Madero liviano y entero, el día después del extraordinario triunfo de San Lorenzo sobre Bolívar, trampolín ideal camino a la primera final azulgrana de la historia en la Copa Libertadores.

Buenos Aires

El fútbol es maravilloso y traumático. Yo llegué a un equipo campeón, imaginate, un técnico nuevo que tenía que conocer al plantel, verlo desde adentro, en las charlas, en los mensajes directos. Sabía que llegaba con la obligación de pelear por todo. Y que era el último campeón, algo totalmente diferente para un entrenador que suele entrar con un equipo derrotado. Yo siempre sentí la presión, la obsesión, la locura por ganar la Copa. La disfruté y la sufrí día a día, cuenta el jueves de sol, que derrite exagerados elogios que hoy son parte de la escenografía. Los mismos volátiles que hasta ayer nomás lo señalaban con el dedo.

u00a1Tuve que defenderme de cada crítica.! Porque pasé malos momentos, nunca desconfié de mí, pero el medio suele ser cruel. Que éramos mezquinos, que no atacábamos, que les daba la orden a los jugadores de que sean defensivos. Que no podían pasar la mitad de la cancha. Yo creo en el equilibrio. Soy un fanático del equilibrio. Defender y atacar, con el orden como premisa. Y lo repito ahora, después de los cinco goles, insiste hoy, una brisa de sensatez entre la borrachera de goles y amores desmedidos.

Cuenta ahora, cuando el mundo futbolero doméstico lo recrea rubio, simpático y de ojos azules, que hubo un clic. Un antes y un después que marcó a fuego el sendero. Se acababa todo, parecía, aquella noche del 20 de marzo en Santiago. Unión Española 1-San Lorenzo 0, el principio del fin se avizoraba. Ése fue el puntapié, según la palabra del Patón, analítico y sensitivo. Cuando parecía que nos iba a llevar la tormenta, cuando me iban a llevar puesto, sentí que habíamos encontrado algo. Fue esa noche, que casi quedamos afuera de todo. Entro en el vestuario y todos estaban destruidos, con la cara de culo más grande. Les dije que ese día, esa noche, habíamos encontrado el equipo y al grupo. Que a partir de ahí empezaba una nueva etapa; no era sanata, lo sentí, lo vi. Tengo experiencia, no soy un improvisado. Ahí empezó todo, se afirma en ese pasado imperfecto.

-Pero casi se quedan afuera. Un gol fue la diferencia.

La clasificación fue angustiante, lo sé. No debimos sufrir. Pero yo siempre estuve tranquilo, como ahora, cuando el hincha está eufórico.

-¿Y qué hubiera pasado si...?

Ni en el peor momento dudé de mí. En la vorágine del día a día, hay jóvenes que suelen mirar mucho por la televisión a Barcelona, Manchester United, Bayern Munich y se maravillan, se llenan los ojos. Les llenan la cabeza con que lo único que sirve es atacar. Es una lucha dialéctica. Pienso en el orden defensivo, sí. No soy un técnico defensivo, soy un tipo equilibrado. Todos los maestros que tuve me enseñaron la importancia del equilibrio. No podés atacar si no defendés bien.

-No está mal la crítica, alimenta el debate.

No todos podemos jugar como Barcelona. El fútbol tiene dos premisas: recuperar la pelota cuando no la tenés y saber qué hacer con ella después. El equilibrio es el secreto del éxito. Y si estamos en condiciones de llegar a la final, es porque el grupo maduró en el momento justo.

-¿Qué parte de ese éxito es tuyo?

No es un triunfo personal, es un premio de todos. Los elogios son una caricia, pero no soy ingenuo: si perdía me tenía que ir. Son los resultados los que avalan tu trabajo.

-Vos sabés que te buscaron para ganar la Copa. La ganaste en 2008 con la Liga y tenés ese cartel. ¿Es una presión extra?

No me trajeron para ganar la Copa exclusivamente. Lo pusieron arriba de la mesa, seguro, pero habrán encontrado otros atributos, otras razones, porque en 2009 Tinelli ya me había llamado. Tengo experiencia para esta clase de desafíos.

Su apellido recorre travesías seleccionadas. Que si Alejandro Sabella pega el portazo. Que Ecuador. Que... El piso del departamento del Patón no se mueve. Su cabeza, tampoco. Su corazón, eso sí, late un poquito más fuerte. Hoy la cabeza la tengo exclusivamente en San Lorenzo, aunque reconozco que es un orgullo que se hable de mí para la selección argentina. Sé que en Ecuador lidero todas las encuestas de preferencias, todo eso te provoca un gran orgullo. Pero, si me preguntan, quiero que siga Sabella, para darle continuidad al proyecto, porque apostó por un recambio de jugadores que salió muy bien. Aunque, te repito, que sólo me nombren..., se afirma en sus palabras. Le pone su firma, su rúbrica personal. También tengo otra oferta de un seleccionado de Sudamérica. Pero no pienso en otra cosa que no sea San Lorenzo. El desgaste es demasiado, el día a día es agotador. No puedo decirte qué voy a hacer en un plazo mayor a tres meses, confiesa.

-La selección es lo máximo...

Luché mucho para llegar hasta acá, pero no puedo proyectarme, es algo que me enseñó el fútbol argentino, que es terrible. La expectativa siempre es corta, hoy estoy arriba y mañana, en el pozo. Salir segundo no sirve de nada, es duro.

-Sin embargo, la selección volvió con todos los honores.

En el 90 fui parte de esa alegría, fue extraño. Lo que se vivió con la selección fue inusual, porque somos un país exitista.

-El ahora es San Lorenzo, que espera un siglo por ganar la Copa.

Quiero entrar en la historia grande. Mirá, te cuento algo: no festejé ninguno de los cinco goles. Creo que después del cuarto le dije algo a Gentiletti, que cuidara la espalda. Son 180 minutos, cuando termine el partido en La Paz voy a festejar. Casi no tengo tiempo para disfrutar. Nadie puede salir de la locura.

Sabe el Patón que muchos ya vislumbran el futuro. Si conviene volar a Montevideo, si es preferible viajar a Asunción. Que San Lorenzo está instalado en la final. Lógicamente, pisa el freno. Y advierte: Mirá, cuando entré en el vestuario, les dije a los jugadores: Disfruten ahora. Pero tranquilos con la euforia, que falta el otro 50 por ciento de la película. Lo que pasó no cambia nada de lo que vendrá, que será durísimo. Conozco la altura, sé de las dificultades. Hay que superar los obstáculos.

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