Mauricio Quiñónez

Los compañeros de Mauricio Quiñónez del Independiente Jrs. llegaron a su velatorio. Foto: Mario Faustos. 

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13 de mayo de 2019 12:14

Una presunta venganza sería la causa de muerte de Mauricio Quiñónez

Elena Paucar

Dos disparos acabaron con la vida de Josué Mauricio Quiñónez. El jugador del Independiente Juniors fue interceptado la madrugada del domingo por tres hombres que iban a bordo de una moto. Ocurrió en la Isla Trinitaria, sur de Guayaquil, cerca de la casa del futbolista.


Aunque inicialmente se dijo que su muerte estaba relacionada con un intento de asalto, la Policía Nacional investiga una presunta venganza, según se conoció en una rueda de prensa, la mañana este lunes 13 de mayo del 2019,en Guayaquil.

Edison Valverde, jefe de la Dinased en la zona 8, informó que el hermano del jugador era buscado por un asesinato, ocurrido el 1 de enero de 2019, también en el sur de la ciudad. "Presumimos que se trata de una venganza. El hermano del jugador tenía una boleta de captura".


Leyther N. fue detenido como presunto implicado en la muerte del futbolista. La jueza Tatiana Avellán dictó la prisión preventiva por pedido de la Fiscalía. Él también era buscado por otro asesinato, en febrero pasado.

Quiñónez, de 18 años, llegó a las formativas del Independiente del Valle a los 10, como recordó una de sus tías. Fue parte de la Selección Sub 20, que la semana pasada viajó a Polonia para el Mundial de la categoría.

También fue parte del equipo que ganó la primera Copa Mitad del Mundo con el Independiente Del Valle. Además jugó en las selecciones Sub 17 y Sub 15. Su último partido fue el sábado 11 de mayo frente a Santa Rita.


Luego del encuentro en el cantón Vinces (Los Ríos), Quiñónez viajó a Guayaquil para visitar a su madre. Llegó en la noche y una vecina le pidió de favor que la llevara en su auto a un lugar. A su regreso a casa fue atacado. El jugador fue trasladado al hospital Teodoro Maldonado Carbo, en la av. 25 de Julio, donde falleció. Una de las balas se alojó en su pulmón izquierdo.

En su humilde vivienda, al pie del estero Salado, su familia y amigos lo despiden. En la angosta sala está su féretro, rodeado de escasas flores y las paredes están llenas con sus fotografías en el campo de juego.

"Era talentoso. Aquí jugaba, en los callejones, en la cancha. Se fue con tantos sueños", dijo uno de sus familiares. A las 11:30 sus amigos del Independiente caminaron por las calles polvorientas de la Trinitaria. Con el uniforme gris y cabizbajos entraron a la casa del número 3.