Michael Arroyo (izq.) y Franklin Guerra disputa el balón bajo un sol intenso de medio día en casa blanca. Foto: DP/BF

Michael Arroyo (izq.) y Franklin Guerra disputa el balón bajo un sol intenso de medio día en casa blanca. Foto: DP/BF

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25 de septiembre de 2018 15:05

41 partidos del torneo local se jugaron entre las horas de mayor radiación solar

Redacción El Comercio

Los efectos de jugar al mediodía los partidos del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol, sobre todo en ciudades de altitud como Quito, volvieron al debate tras una declaración de Guillermo Almada,  DT de Barcelona SC quien evidenció su molestia porque los partidos se disputen a esa hora.


Esto fue luego del empate 0-0 que que se dio el último domingo 23 de septiembre del 2018 en el estadio Rodrigo Paz ante Liga de Quito. El juego entre albos y toreros es uno de los 41 que se disputaron entre las 11:30 y las 16:15, las horas de mayor exposición solar, en lo que va de la Serie A del 2018.

18 de esos encuentros se disputaron en Quito, 10 se jugaron en Ambato, seis se realizaron en Cuenca, seis en Manta y uno en Sangolquí. Para Almada, los efectos de jugar bajo la alta exposición solar pudieran verse dentro de unos tres años.

Pero ¿qué efectos produce el exponerse varias horas a la actividad del sol? La radiación de los rayos ultravioletas (UV) se mide en puntos a través de una escala. La radiación moderada va de 8 a 16 puntos, mientras que los niveles considerados extremos van de 17 en adelante.

Para Anahí Pontón, experta en dermatología y en cirugías de mosh para curar cáncer en la piel, existen efectos a corto plazo como las quemaduras de segundo grado producidas por el sol. También existen efectos a mediano plazo como la coloración de la piel. A largo plazo, una complicación podría ser el cáncer de piel que podría ser acelerado por la radiación solar.

La especialista explica que las personas con tez de piel blanca son más propensas a sufrir estas complicaciones. “El color de la piel nos protege. Sin embargo, con los altos niveles de radiación ya ni siquiera el color de la piel nos protege. Estamos más expuestos”.

Los futbolistas que juegan en el torneo son, en su gran mayoría, afrodescendientes y crecieron en entornos con alta exposición solar. Desde 1957, cuando se juega el torneo nacional, apenas se registran casos de futbolistas con problemas en la piel.

Por ello, Pontón explica que es menos probable que los jugadores lleguen a sufrir cáncer de piel. “Es menos probable por la protección que ellos tienen. Sin embargo, a largo plazo, pueden aparecer alergias al sol y envejecimiento. No se ve un daño solar severo en una persona afrodescendiente. Pero sí se pueden ver alergias”.

Para el especialista en dermatología Juan José Ambrosi, los rayos UV son perjudiciales en la altitud de Quito y también en ciudades de la Costa. “En Quito y en ciudades de altitud los rayos son perpendiculares. En Guayaquil y a nivel del mar es igual de peligrosa la exposición a los rayos UV y hay que tomar precauciones”.

Los árbitros Omar Ponce y Carlos Orbe se sometieron a exámenes por la radiación. Ponce explicó que tiene un problema en la piel.