Johvani Ibarra dirige un entrenamiento del Palmeiras, de Sangolquí

Johvani Ibarra dirige un entrenamiento del Palmeiras, de Sangolquí. Foto: Misael Morales / BF

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30 de julio de 2019 09:29

Johvani Ibarra se puso al mando de un club cantonal

Alex Puruncajas

Johvani Ibarra alza la voz y pide a los juveniles del Palmeiras que se metan la camiseta debajo de las pantalonetas. No quiere verlos ‘desarreglados’ en las fotografías de paredón del equipo de Rumiñahui. 


Su voz es una alerta para los jóvenes, de entre 16 y 24 años, en la cancha de tierra del Polideportivo, en Sangolquí. Acomodan sus elásticas y las medias que les llegan a las rodillas.


Ibarra, de 49 años y exarquero campeón de El Nacional, Deportivo Quito y exseleccionado, parece serio, pero enseguida los hace reír. Les pide que ‘hagan espacio’ a Gabriela Vargas, reina del club. Les dice que muestren su caballerosidad. Algo tímidos, los jóvenes abren paso a Vargas y se acomodan para la foto realizada la mañana del jueves pasado.


A esa cancha, y a otra de la Espe, el arquero acude, entre lunes a viernes, para dirigir a los jugadores del club de la Liga Cantonal de Rumiñahui. 


Les enseña sobre táctica para los partidos del torneo, pero sobre todo les da consejos para que se formen como personas. Quiere que mejoren su calidad de vida. “Este es un semillero, un equipo de sueños. En el futuro, queremos verlos en Primera”, expresa el exgolero, que lleva un vistoso uniforme rojo, con el que es difícil que pase inadvertido.


Todo nació hace tres meses. El imbabureño, quien se retiró como futbolista profesional hace cinco años, dialogó con los abogados Carlos Paucar y Diego Morales, en su hogar. Ellos le propusieron que aceptara dirigir al club.


Ibarra meditó la oferta y dijo que lo incluyeran en el plan, no solo como entrenador. Quería formar parte del proyecto que busca llevar al club a la Segunda categoría de Pichincha.


Ibarra se retiró como jugador en el 2014, en el Clan Juvenil. Llegó a dirigir a ese plantel. Luego, fue a Independiente, donde fue formador de arqueros. Pero hace un años salió del club con la llegada del español Ismael Rescalvo.


Entonces, se dedicaba a jugar en la selección de Conocoto, en los torneos interparroquiales y a su escuela. Pero extrañaba formar parte de un club. Sacó su carné de técnico. Morales y Paucar lo incluyeron en su proyecto y ahora Ibarra es la imagen más visible.


Los abogados se vincularon al Palmeiras el año pasado. Acudían a ver los partidos por la invitación de Fernando Gualotuña, presidente del club. Con ellos, estuvo Sarón Alexander Simisterra, quien es coordinador del plantel. Él se encargó en parte de gestionar la llegada de jugadores de Guayaquil. 


En el plantel, hay unos 40 futbolistas. 15 de ellos vienen del sector La Pista de Guayaquil. Jugaban en el club Dios Bendice y llegaron a Sangolquí con la ilusión de pasar al profesionalismo. Los nuevos inversores costean su estadía, alimentación y gastos personales. Paucar calcula que solo en alimentación se gastan USD 300 mensuales y unos USD 150 diarios por su hospedaje.


Ibarra y los directivos también dan charlas motivacionales a los talentos. Después de cada entrenamiento, un jugador hace una oración. Entre los jugadores, también están los colombianos Camilo Garcés y César Agudelo, quien dice que Ibarra siempre pone sus reglas y es un ejemplo a seguir por su trayectoria.


Jordy Caicedo, de 20 años, es uno de los que vino de Sangolquí. Cuenta que vino con la ilusión de ser futbolista y alejarse de los ‘vicios’. José Cañarte, de 24, es de Sangolquí. Para él contar con Ibarra como DT lo hace crecer profesionalmente. Cristian Oña y Stalyn González también forman parte del grupo. Con ellos, Ibarra quiere llevar a los talentos a ganar títulos como él lo hizo en su época de golero.





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