Hinchas de River Plate se reunieron en Quito para la final frustrada

Desde el medio día, la filial de la hinchada de River Plate se reunió en el local Chorigol, en el norte de Quito, para ver la final de la Copa Libertadores ante su rival de siempre, Boca Juniors.

El partido estaba pactado para las 15:00 de Ecuador, por lo que los 50 aficionados decidieron almorzar juntos para esperar el arranque del compromiso. El menú no podía ser otro que del que se acostumbra en Argentina: parrillada, choripanes, cerveza y vino.

Con el paso de las horas, los cánticos y los nervios se hacían más evidente en los rostros de los riverplatenses. Carlos Montesdeoca, propietario de Chorigol, comentó que desde hace siete años que inauguró el local tuvo la idea de ofrecer comida argentina. “Hace cuatro empezaron a venir amigos e hinchas de River y fue ahí que nació la filial”.
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Andrés Yépez, simpatizante del club millonario, llegó a las 14:00 con la camiseta blanca característica de River para alentar al equipo. Contó que en una final con Boca Juniors se juega el orgullo de los dos equipos y parte de sus historias.

Cuando el bus que trasladaba al equipo xeneize fue agredido, los hinchas de River en Quito pensaron que el partido se jugaría. Con el pasar de las horas y la falta de información oficial, los aficionados dudaban si el compromiso se llevaría a cabo. Cerca de las 16:00 la Conmebol confirmó que el partido se jugaría una hora y 15 minutos después. Los cánticos y el aliento otra vez se escucharon en las calles cercanas al local de comida rápida.
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Nuevamente el rumor de que el cotejo se suspendía molestó a los hinchas que querían que se juegue el partido. David Gómez, otro seguidor millonario, dijo que tenía fe que su equipo ganara la copa porque tiene mejor funcionamiento, como lo demostró en la final de ida en la Bombonera.

Con la confirmación de la suspensión del partido, la filial entonó otras canciones con la esperanza de que el partido, que está pactado para las 15:00 de este domingo, sea para ellos, con lo que River alcanzaría su cuarta Copa Libertadores.