Yuber Mosquera (17) de la Universidad Católica disputa el esférico con Pablo Burzio de Macará

Pablo Burzio (der.) llegó desde la Serie B de Argentina y terminó como uno de los futbolistas más destacados del 2018. Foto: API

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28 de diciembre de 2018 09:27

El alto costo del futbolista local dio paso al quinto extranjero en Ecuador

Redacción El Comercio

Los empresarios de futbolistas rondan con frecuencia las oficinas de los clubes en estas épocas del año y buscan acercamientos con los directivos. Mantienen reuniones con dirigentes de los clubes en oficinas, hoteles y restaurantes.


Ellos tratan temas sensibles: renovación de contratos de los futbolistas, salarios, premios, primas y otros beneficios. Así, por ejemplo, en las oficinas de Liga de Quito, el campeón 2018, es frecuente mirar a empresarios como José Chamorro e Iván Reyes, entre otros.


Los dos representantes de jugadores negocian con Esteban Paz, de la Comisión de Fútbol de la ‘U’, desde hace tres semanas la renovación de contratos. Ser campeones sirvió para que los titulares de LDU exijan aumentos de salarios. Chamorro, representantes de Fernando Guerrero y Jefferson Orejuela, está en una puja con la ‘U’ para renovar la continuidad de sus representados.


Paz no da cifras, pero reconoce que hay un incremento en los pedidos de los futbolistas con aspiraciones salariales similares al mercado mexicano y brasileño, donde suelen ganar mensualmente desde USD 50 000 en adelante. “Muchos jugadores creen que deben ganar como si estuvieran en Brasil o en México”, agregó.


Paz recalca que Chamorro sí es un empresario que “mantiene su palabra” en los negocios. Cuando los empresarios se sientan con los directivos plantean los valores económicos para renovar los contratos y allí nacen los desacuerdos.


Marcelo Arias, representante del goleador Juan Manuel Tévez, se sentó a negociar con los dirigentes de Macará a principios de diciembre. “La oferta no llegaba a lo que aspirábamos. Se presentó otra propuesta (de Aucas) y Juan escogió esa porque era mucho mejor”, admitió Arias.


La directiva de Macará no logró retener a Tévez, Pablo Burzio ni a Ronald de Jesús. A los tres se les terminó el contrato y para continuar en Ambato pidieron incrementos. El club no precisa los rubros que ganaban pero, según el presidente Miller Salazar, los aumentos solicitados iban entre el 20 y 30% con referencia a los valores recibidos este año. El argumento era que se clasificaron a la Copa Sudamericana.


Mauro Rezabala, gerente del Delfín
, corrobora esa versión. Dice que “hay futbolistas que piden valores altos a través de los empresarios. Eso imposibilita contratar jugadores locales o extranjeros con experiencia”.


Ese escenario originó que los directivos plantearan incrementar de cuatro a cinco futbolistas extranjeros en cancha para el 2019. Esa propuesta fue aprobada con 15 votos, contra tres, de los 26 clubes de las Series A y B, ayer en Quito.


Según Paz, los extranjeros de Uruguay, Paraguay y Argentina cuestan menos de la mitad de un ecuatoriano. Sus salarios mensuales pueden ir desde los USD 5 000 hasta los 20 000.


La medida de incrementar la plaza generó malestar en la Asociación de Futbolistas del Ecuador (AFE). Su gerente Jorge Guzmán rechazó la medida aprobada por la LigaPro y anunció que la próxima semana se hará una reunión urgente. “Hay jugadores nacionales que ganan USD 400. La mayoría recibe entre USD 1 500 y 2 000. No es tan real que el mercado esté sobrevalorado”, dijo Guzmán.


Miguel Ángel Loor, presidente de la LigaPro, insistió que fue una decisión de los clubes y que respondía a una exigencia del mercado.


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