Pedro Pablo Perlaza (izq.) firmó un contrato de cuatro años con el cuadro universitario. Juega como lateral derecho. Diego Pallero

Pedro Pablo Perlaza (izq.) firmó un contrato de cuatro años con el cuadro universitario. Juega como lateral derecho. Diego Pallero / BF

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6 de febrero de 2020 12:22

Pedro Pablo Perlaza fue pescador y peluquero antes de afianzarse en la élite

Pablo Campos

En el 2015, Pedro Pablo Perlaza llegó a plantearse la posibilidad de abandonar el sueño de ser futbolista. Jugaba en la Serie B, en el Deportivo Quevedo, club al que había llegado tras mostrarse en un amistoso con Esmeraldas Petrolero, su anterior club, el año pasado. 


​Pero en aquella campaña, el Quevedo descendió a Segunda. Desconcertado, con 24 años en esa época, el ahora lateral de Liga empezó a mirar opciones de trabajo: la primera era volver al mar y pescar, como en sus años de adolescencia.


La otra era ser peluquero en Esmeraldas, un oficio que aprendió en la juventud y que le sirvió para sostener a sus padres Gloria Caicedo y Germán. Este último, hermano de los exjugadores Pedro y Flavio Perlaza. “La tercera opción era dejar una carpetita en el Municipio de Esmeraldas”, contó, mientras alejaba a los molestosos mosquitos en el complejo albo.


El fútbol pudo más. Un amigo suyo, llamado Luis Velasco y apodado ‘La Vagancia’, era cercano al DT Paúl Vélez, y se lo recomendó para ir al Macará en la temporada 2016, en la Serie B. Antes, Velasco le había ayudado para pasar del Petrolero al Quevedo. “Cuando lo vi jugar le comenté a un amigo que estábamos ante el nuevo Antonio Valencia. Siempre me llamaron la atención sus ganas de triunfar y salir adelante. Hoy es un orgullo verlo jugar en el equipo del que soy hincha”, contó emocionado Velasco.


Con el elenco ambateño, Perlaza estuvo media temporada y después anduvo por Colón y Liga de Portoviejo, en donde el DT Fabián Bustos vio sus condiciones y solicitó que fuese contratado por Delfín. Desde su debut en el fútbol de Segunda con Juventus de Esmeraldas hasta su estreno con el cuadro ‘cetáceo’ en la Serie A -el 9 de diciembre del 2017, en la última fecha del todos contra todos ante Fuerza Amarilla- habían pasado nueve años de pujanza, de caídas y nuevas oportunidades. “Para mí, eso de que la camiseta de Liga pesa mucho es un mito.


¡Este es un equipo grande, muy grande, pero uno como jugador tiene que salir a darlo todo, a demostrar las condiciones que tiene”, sostuvo el futbolista, de 29 años. Perlaza llegó a los albos para actuar como lateral derecho y posibilitar que uno de sus ídolos en el fútbol -Antonio Valencia- juegue como volante central. “Pedro es un jugador de jerarquía. Lo demostró el año pasado. No solo puede ayudarnos en Liga, sino que tiene futuro de Selección”, apuntó convencido Valencia.


Perlaza dijo que el mundo del fútbol no es tan ‘glamuroso’ como se ve desde fuera. El año pasado, en Manta, usó bicicleta o pidió aventón a sus vecinos para llegar al complejo de Los Geranios, tras quedarse sin auto por un accidente vial. Al final de los entrenamientos, junto a sus compañeros de Delfín rompía enormes bloques de hielo para colocarlos en una piscina y recuperar los adoloridos músculos.


“Acá en Liga hay todo: piscina fría, agua caliente, se puede almorzar, tienes el gimnasio. Todo para dedicarte solo al fútbol”. Pablo Repetto, su técnico en Liga, se siente satisfecho por lo exhibido en los primeros partidos: “Le pedimos que se asocie continuamente con José Quintero. Creo que será un buen aporte”.


Perlaza ya abandonó el oficio de peluquero que desempeñó hasta hace poco en el Delfín. En las concentraciones era el encargado de utilizar la máquina para dibujar diseños en el cabello de sus compañeros, hasta que un día, el técnico Bustos le dijo: “¡Pará, Perlaza. Dejá de cortar el cabello. Pasás todo el tiempo de pie en lugar de descansar!”. En Manta, el jugador puso un emprendimiento de comida costeña, con especialidad en encocados. Analiza la opción de abrir un local en la capital, pero eso se definirá después: ahora está concentrado en entrenarse bien, descansar y ser futbolista a tiempo completo. Ya no debe buscar otro oficio. 




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