El defensa central argentino Nicolás Freire (de espaldas) realiza un ejercicio con pelota en espacios reducidos. Lo marca el lateral Aníbal Chalá. Foto: Víctor Muñoz

El defensa central argentino Nicolás Freire (de espaldas) realiza un ejercicio con pelota en espacios reducidos. Lo marca el lateral Aníbal Chalá. Foto: Víctor Muñoz / BF

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6 de febrero de 2019 11:31

Liga de Quito tiene dos metas: retener el título e ir ‘paso a paso’ en la Copa

Redacción El Comercio

Hace un año, cuando la idea de juego de Liga aún no estaba madura, Rodrigo Paz, el histórico dirigente de la institución, le mostró a Pablo Repetto una de las montañas que se avistan desde el complejo del equipo en Pomasqui. 


Paz le señaló un punto lejano, una cima en donde apenas se divisa una cruz. “Vea, profesor. Si este año logramos ser campeones, usted tiene que subir hasta allá”, dijo el directivo. “Seguro que sí, Rodrigo, así será”, le respondió el DT uruguayo. 


Liga se proclamó campeón el año pasado, mostrando autoridad sobre sus rivales. Las promesas son para cumplirse y ayer al mediodía (5 de febrero del 2019) les llegó el turno al entrenador y su cuerpo técnico, que junto con los directivos Esteban Paz y Santiago Jácome ascendieron a la montaña, por un camino empinado y ‘comepiernas’ repleto de tierra.


El ritual no es nuevo en Liga: en los años de la obtención de la Copa Libertadores, Copa Sudamericana y las Recopas, Edgardo Bauza y sus asistentes subieron y bajaron de la cima, jugándose sus articulaciones para cumplir las promesas.


El sábado 9 de febrero, a las 17:30, el año oficial de juegos comienza para los albos. Ese día se medirá con el Olmedo en el estadio Rodrigo Paz, en el inicio del Campeonato ecuatoriano. Pero además del certamen, el equipo tendrá fase de grupos de la Libertadores y la naciente Copa Ecuador. ¿A cuál de los tres torneos apuntar? ¿Cuál es el objetivo estratégico de Liga? Repetto no se toma tiempo para responder: “Hay que defender el título y ser protagonistas, paso a paso, en la Copa”.


Luego de superar las pugnas internas entre la dirigencia y la Comisión de fútbol, Liga fijó un presupuesto de USD 17 millones para el año. El déficit del equipo es de USD 4 millones.


El cuerpo técnico está satisfecho por la capacidad de respuesta de la dirigencia que cumplió sus exigencias: mantener la base de la plantilla del campeón y potenciar la defensa, por las continuas lesiones. En un caso sui géneris, el equipo tiene lesionados a cuatro de sus zagueros centrales: Hernán Pellerano, que volverá a mitad de la temporada, por la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha; Franklin Guerra, a quien le acaban de operar la nariz por una fractura. También son bajas en la institución Anderson Ordóñez y Horacio Salaberry, quien ya llevan más de seis meses fuera de las canchas.


Liga logró retener a valores claves como el golero Adrián Gabbarini, a quien la directiva le firmó tres años de contrato. ‘Gabba’, comandante del equipo en el año del título, ahora es uno de los mejor pagados del equipo junto al charrúa Rodrigo Aguirre y al volante Jefferson Orejuela. “Estamos haciendo un esfuerzo muy importante para mantener una plantilla competitiva. La idea es ser protagonistas en todo lo que juguemos”, sostuvo el directivo Esteban Paz. 


El único reparo que hace el cuerpo técnico a la pretemporada es la demora con la que llegaron los refuerzos: el defensa Nicolás Freire está con el equipo dos semanas, mientras que el ariete Aguirre llegó la hace pocos días. Ambos, en franco proceso de adaptación a la altitud, jugaron el pasado sábado la Noche Blanca.


Los ocho futbolistas que llegaron al equipo se entremezclan con los de más experiencia para acelerar su adaptación. Lo reconoce el propio Freire, quien ha hecho buena amistad con Gabbarini y con su otro compañero de defensa, Carlos ‘Paco’ Rodríguez.


Otros, como Roberto Garcés y Adolfo Muñoz, se han vuelto más amigos de contemporáneos como Kevin Minda. Andrés Chicaiza ha hecho buen ‘feeling’ con los hermanos Anderson y Jhojan Julio. Repetto quedó extenuado y con los cachetes tan colorados como su buzo. Contó que el ascensionismo no es lo suyo, sin embargo, le metió ganas. El entrenador espera volver a subir nuevamente, como promesa por un nuevo título. 




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