Arturo Mina ya tiene dos apodos: el depredador, que parece que se va a consolidar, y el último samurai por su pinta.

Arturo Mina ya tiene dos apodos: el depredador, que parece que se va a consolidar, y el último samurai por su pinta.

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13 de septiembre de 2016 10:02

Dos días después y Arturo Mina sigue recibiendo elogios en Argentina

Santiago Estrella

Cada día más, Arturo Mina enamora a la hinchada de River Plate y la prensa deportiva lo llena de elogios dos días después de su histórico gol -el primero de un ecuatoriano vistiendo 'la banda'. 


Los hinchas ya lo llaman 'el depredador' por el respeto que pone ante los rivales y por la vehemencia que disputa la pelota -hasta reventó un balón en un cruce, no lo olviden. 

Pero lo cierto es que, al menos según el diario La Nación, era el refuerzo que buscaba el técnico Marcelo 'Muñeco' Gallardo. 

Hay una historia. Gallardo había construido una defensa que, según ellos, quedará en la memoria histórica, conformada por Mercado, Maidana, Funes Mori y Vangioni. 

De ese cuarteto, solo queda Maidana y Gallardo pasó un año buscando consolidar una defensa que se le pareciera. 

"Pasó más de un año del último partido del adorado Funes Mori y por su posición deambularon Álvarez Balanta, Mammana, Vega, Ponzio... Ninguno logró consolidarse. Ahora, la presencia del ecuatoriano Arturo Mina empieza a colmar las expectativas con solidez, valentía y tareas destacadas", escribe el diario La Nación. 

La llegada de Mina a los millonarios no parecía que iba a ser tan exitoso de entrada. De hecho, había  un jugador que estaba por delante de él: Luciano Lollo, que era de las preferencias del técnico. 

"E arribo de Mina, junto con el de Lollo, fue vital para armar el plantel. Y el ecuatoriano no dejó pasar su chance: con su estilo aguerrido, necesitó sólo de cuatro partidos para convertirse en el primer futbolista de esa nacionalidad en anotar con la camiseta de River. Su último gol había sido el 21 de julio, en el partido de ida de la final de la Libertadores, ante Atlético Nacional", reseña el mismo diario. 

Y Gallardo, obviamente, sonríe: "Mina viene muy bien, no paró nunca, porque llegó con actividad y mucho rodaje, contrariamente a Lollo".

En Olé, el diario deportivo, se plantean la pregunta ¿es Mina el nuevo Funes Mori? Y ocurre que éste "es una deidad en Núñez" (el barrio donde queda el estadio Monumental). 

"El ecuatoriano tiene las condiciones para ser el Funes Mori negro que nunca pudo ser Balanta. Prácticamente la misma altura, casi el mismo peso, misma edad, espigado, facha de pendenciero, durísimo para ir a trabajar, imposible de pasar por arriba, difícil también por abajo y un tipo que pareciera estar tocado por la varita mágica de los goles importantes. Claro, el 1-0 a Talleres no vale como uno para ganar sobre la hora en la Bombonera ni como uno en la final de la Copa Libertadores, pero la historia de Arturo recién empieza". 

"Esa definición técnicamente extraordinaria en el uso más literal de la palabra, ese despeje hacia la red tan violento que bien pudo haber maridado un insulto a grito pelado del propio Mina al momento de rematar, empieza a enamorar a los hinchas de River que, tímidamente o no, arrancan con las comparaciones del moreno de pelos largos y el último samurai. Tal vez le haya faltado festejar armando un corazoncito con las manos (y no tanto: lo hizo en la final de ida de la última Copa ante Atlético Nacional).

Mina, como ocurría con Funes Mori, "no se sonroja si tiene que revolear la pelota al país del nunca jamás, si tiene que pincharla (reventarla) como hizo en Córdoba. Y tampoco parece tener temores para salir jugando con oficio, meter un cambio de frente arriesgado, tirar un sombrero, agarrar la lanza, amagarle a uno, a dos, probar al arco: un optimista".

Acaso la inconsciencia de Mina, la misma que lo llevó a festejar la Recopa con una remera (camiseta) de colores que eran -cuanto menos- poco oportunos (azul y amarillo de Boca), sea ese diferencial por el que la adaptación de este este ecuatoriano que venía de un club desconocido por todo nuestro imaginario futbolero (hasta que se cruzó a River y Boca el semestre pasado, claro) a un gigante del fútbol argentino haya sido tan rápida y natural". 

El legado de Ramiro Funes Mori parece estar en buenas manos.