Marcos Caicedo celebra su gol, el primero del partido, para la victoria 3-1 sobre Honduras. Foto: AFP

Marcos Caicedo celebra su gol, el primero del partido, para la victoria 3-1 sobre Honduras. Foto: AFP

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22 de febrero de 2017 21:15

Un equipo que se conoció y que deja esperanzas de renovación

Santiago Estrella

Hay que mirar con cierta reserva el partido de Ecuador con Honduras. Es cierto que una victoria siempre será agradable y es cierto que el equipo de Quinteros fue mejorando en el segundo tiempo. Pero, ¿cuánto se puede hablar de equipo? 


Ya sabemos de sobra que este no es el equipo que estará en la eliminatoria. Este era la oportunidad de la futura generación de juntarse y sentir qué mismo es jugar con esa camiseta amarilla.

Y eso es lo que hay que buscar: la capacidad de adaptación ante un equipo hondureño que también se conocía. En Ecuador, el único regular es Esteban Dreer. Hay cuatro jugadores que vistieron por primera vez: Darío Aimar, Gabriel Cortez, Ayrton Preciado y Michael Estrada.

Y si bien colectivamente no se puede pedir mucho, y aunque hubo al menos tres triangulaciones muy interesantes para una oncena que se juntaba por primera vez, sí se pudo ver algunas individualidades.

Uno de ellos que era fundamental era el de volante por izquierda. Lo más probable es que Jefferson Montero no esté listo para el partido. Lleva ya mucho tiempo lesionado y no juega en el Swansea. Entonces había que mirar a Marcos Caicedo. Un jugador interesante en la explosión, la velocidad, pero no tan prolijo al comenzar el partido para dominar la pelota.

Fue un error en su entrega a Oyola que provocó el gol hondureño. Su gol fue de una destreza técnica en el cabezazo: adelantándose al primer palo y rematar hacia ese lado con dureza. Y fue un motivador porque mejoró personalmente y la prueba es la asistencia para el tercer tanto. 


Michael Estrada, un muy buen jugador, no tuvo mayor participación. Y es entendible: es de esos delanteros que necesitan ser abastecidos. Y Ecuador desde los costados no hizo mucho -jugar por las bandas es una de las virtudes de la Selección. La pelota le llegaba incómodamente. Estuvo en la única jugada de gol que se tuvo, pero la pelota se desvió.

Gabriel Cortez es uno de los más interesantes y ratifica que hoy por hoy es uno de los mejores del campeonato: control de la pelota, visión del campo, talento individual. Distribuidor, hábil, veloz. Cobró el tiro de esquina con una precisión para el remate de cabeza de Robert Arboleda.

Ayrton Preciado no tuvo un gran partido. Tuvo voluntad, pero eso es algo que todos estos jugadores mostraron porque quieren ganarse un lugar en la Eliminatoria. Pero andaba por todo lado de la cancha y como que no se entendía cuál era su funcionamiento dentro del esquema.

Darío Aimar estuvo bien. Quizá no se encontraba en el lugar adecuado para el gol hondureño, pero eso ocurre cuando hay un error impensable en medio campo que siempre perjudica a la defensa. Es norma del fútbol que el medio defensivo es el sostén de la zaga, al menos facilita su trabajo.

Ahora, mirando grupalmente la defensa, que es una de las preocupaciones del equipo titular, estuvo bastante bien. Tuvo momentos flojos, momentos interesantes también. Pero los altibajos son lo menos deseable en un equipo.

Otros cuatro jugadores se iniciaron en la Selección mayor como reemplazantes: José Francisco Cevallos, Bryan Cabezas y Jordan Sierra (que vienen de la Sub 20 y serán mundialistas) y José Quinteros.

Cevallos marcó su primer gol con la Selección mayor. Y ya venía buscándolo en el partido. Es el debut ideal. Cabezas tuvo una buena incursión por izquierda. Y hubo poco tiempo para ver a Quinteros y Sierra.

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