Las notas de la Tricolor luego del fracaso en Paraguay
Estas son las calificaciones que merecen los jugadores de la Selección de Ecuador, tras caer 2-1 en Asunción, por las eliminatorias al Mundial.
Esteban Dreer, 2/10
Gran culpable del gol de apertura de los paraguayos, con una salida a destiempo para cazar polillas y terminar chocando con Mina, ¡en la primera llegada de la visita! Dreer tampoco estuvo acertado en los saques. En el segundo gol dio rebote; sí, era un balonazo difícil y no hubo cobertura de la defensa, pero debía mandar la pelota al costado. En el cierre del partido tapó un gol casi cantado de Paraguay que recompone su nota.
Juan Carlos Paredes, 2/10
Debería dejar de preocuparse de fruslerías, como la de estampar su apodo, ya de por sí ínfimo, estampado en la camiseta con diminutivis. ¿Hormiguita? ¡¿HORMIGUITA!? Por favor, cómo se quiere ser un defensa respetable con semejante apodo. Es como decir que es más minúsculo de los minúsculos.
Arturo Mina, 2/10
Horrible su desempeño en el primer tiempo, pero no es su culpa: viene de comer banca en River Plate y se notó en la falta de cálculo, de tino y de respuesta. Es co-responsable del gol de apertura por cabecear hacia atrás en el área chica. En rigor, los 5.50 son zona del meta y debió dejar que Dreer atrapara la pelota. En el segundo gol, tuvo la velocidad de una tortuga para dar cobertura en el rebote de Dreer. Finalmente, se supone que tiene un plus ofensivo, pero parecía más defensa guaraní.
Luis Caicedo, 4/10
Luchó bastante; tuvo problemas pero salió airoso en varios pasajes. Muy acertado en los movimientos para dejar en fuera de juego a los paraguayos.
Walter Ayoví, 2/10
Lento en los pases, también tuvo problemas para detener a los rivales. Ecuador apenas generó juego ofensivo por la izquierda.
Cristhian Noboa, 3/10
Paradójico: en Europa muestra un nivel tan alto que todos se preguntan por qué juega en Rusia y no en Alemania o Francia. En la Tricolor, hace rato nos preguntamos por qué dejó de ser tan gravitante.
Jefferson Orejuela, 5/10
Entrega y sacrificio. Era lo mejor del medio campo… y lo sacaron.
Antonio Valencia, 3/10
Un león en Manchester United, un cordero en la Tricolor. Un Fórmula-1 en Inglaterra, un tractor en la Selección. Mourinho tiene razón: es el mejor lateral diestro del mundo, así que no tiene sentido que lo pongan de volante. ¿Por qué lo ponen en el medio, por qué?
Enner Valencia, 1/10
Jugó al rugby. Tacleó, lo taclearon y mando disparos por encima de la cabaña. En su defensa, jugar en un puesto extraño, por la izquierda, fue un error.
Miller Bolaños, 0/10
Una vez más, el eje del sistema quinterista quedó debiendo. Le pegaron desde el inicio y se dejó amedrentar. También pegó duro y merecía una roja. Fue un manantial de desconcierto. Lo bueno es que, con la amarilla, ya no estará ante Colombia y así Quinteros tendrá que haber hecho lo lógico: armar una alineación sin Miller.
Felipe Caicedo, 2/10
No se puede cuestionar la enorme entrega de Felipao, pero es claro que algo no está bien. No le llegan las pelotas para que haga su trabajo, lo que le obliga a retroceder y eso causa desorden y resta potencia a un ataque que está lejos, muy lejos de exhibir la temible efectividad del debut ante Argentina. Al menos, hizo un gol de penalti, bien cobrado. Pero no basta que esté entre los artilleros de las eliminatorias si no se ganan los partidos.
Matías Oyola, 0/10
Entró, le sacaron amarilla, casi lo expulsan. Fin.
Ángel Mena y Jefferson Montero, sin nota
Entraron para quemar tiempo. El único problema es que Paraguay era el que necesitaba quemar tiempo. Pobres, terminaron protagonizando los cambios más surrealistas desde que Quinteros dirige.
Gustavo Quinteros, 0/10
El entrenador defrauda otra vez. El equipo no entró con intensidad sino muy calculador, algo peligroso para una defensa frágil. Justamente ahí está el primer gran error del DT, en no solucionar el lío de la retaguardia y optar por un jugador que come banca como líder de los centrales. También está en la insistencia de Miller Bolaños como eje del ataque, cuando eso apenas da frutos. Demoró demasiado en los cambios: no tiene explicación esperar para que dos jugadores entren casi en el ocaso del cotejo. Mena no dio bien ni un pase. Montero casi ni tocó el balón. Además, ¿por qué no entró Marcos Caicedo? Quinteros ha pisado la peligrosa zona de fastidiar al hincha con lo que puede interpretarse como una terquedad, un egoísmo, de imponer un estilo, ‘su’ estilo. Lo peor es que no reconoce sus errores de fondo sino que disfraza este fracaso en Asunción con frases al estilo “fueron errores nuestros” y así ocultar lo que ha pasado en todo el 2016: Ecuador cada vez juega peor y peor. Con Colombia se verá hasta dónde le llega la jerarquía.
