Del hermetismo de Gustavo Quinteros a la apertura brasileña
Hasta el último instante, Brasil dejó lecciones en Quito. Cuando ya la conferencia de prensa de Tite, después de la victoria, parecía extensa; el jefe de prensa de la delegación brasileña anunció que también iba a intervenir Marquinhos, zaguero central del PSG, ni más ni menos.
Al igual que el entrenador, el defensa nacido en Sao Paulo se tomó todo el tiempo necesario para responder preguntas y hasta se quedó charlando con algunos periodistas después de la rueda de prensa.
La selección brasileña mostró una apertura más que llamativa. Solo para enumerar: el lunes dejó ver todo el entrenamiento, el martes hablaron dos jugadores, el miércoles el entrenador entregó la alineación sin ningún misterio y el jueves la conferencia de prensa después de la goleada, duró más de una hora.
En comparación: en Ecuador hubo atención el domingo; lunes y martes no habló nadie ni se pudo ver el entrenamiento; el miércoles hablaron cuatro jugadores en una improvisada zona mixta y se pudo ver cómo calentaban los jugadores; el jueves habló Luis Suárez (asistente técnico) y no respondió todas las preguntas que estaban previstas. Gustavo Quinteros nunca se dejó ver ni oír.
En la 'Sala de prensa Héctor Morales', Tite explicó con mucha calma la victoria en el Olímpico Atahualpa. Habló de la herencia que le dejó Dunga, de la fortaleza del equipo de los Juegos Olímpicos y de la fácil estrategia que usó: poner a los jugadores en el lugar que mejor saben jugar.
"La condición técnica, la decisión que tuvo cada jugador que estuvo en la cancha fue fundamental para este resultado. El encontrar la posición correcta a varios jugadores era mi primera tarea. Estoy feliz por la química rápida entre los jugadores con el cuerpo técnico", dijo Tite a los periodistas en el estadio Atahualpa.
El exentrenador del Corinthians también le dedicó sus palabras a Neymar, una de las grandes figuras del partido: "El Neymar de este partido es el mismo del Barcelona, líder en el medio campo y apoyado correctamente por el resto del equipo".
Brasil se regresa en vuelo directo a Manaos, donde hará base para enfrentar a Colombia, pero en su paso por Quito ha dejado algunas lecciones. Por ejemplo, que el silencio ante los medios y el público, no sirve para nada; que el debate enriquece a entrenadores, jugadores e hinchas y que la calidad se demuestra en la cancha y no a la brava.
