El entrenador de la Selección de Ecuador hizo un balance del 2020 al frente de la Tri. Reflexionó del trabajo en grupo. Foto: Cortesía de la FEF

El entrenador de la Selección de Ecuador hizo un balance del 2020 al frente de la Tri. Reflexionó del trabajo en grupo. Foto: Cortesía de la FEF

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6 de diciembre de 2020 14:58

Gustavo Alfaro, técnico de la Tricolor: 'Estamos en una etapa de aprendizaje en la Selección'

Tito Rosales

El entrenador de la Selección de Ecuador, el argentino Gustavo Alfaro, tiene una oficina en la Casa de la Selección, en Quito. En los últimos días acompaña los entrenamientos de la Selección Sub 20. Con nueve puntos en la tabla de posiciones en las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Catar, Alfaro habla de la Tri.


El escenario antes de las eliminatorias al Mundial era pesimista en Ecuador y en dos meses, con usted, la Selección da un giro. ¿En qué se sostuvo?
Nos sostuvimos en los jugadores. Les dije: ojalá que ustedes puedan sentir lo que siento yo; tienen que convencerse que el objetivo de ir a un Mundial lo podemos hacer real. Ellos se fueron encasillando rápidamente, lo que nos permitió cerrar esa primera parte superando las expectativas tanto en juego como en puntos. Pero tenemos que ser claros que no estamos en el Mundial, pero vamos a luchar para lograrlo.

¿Hay una base construida para afrontar las eliminatorias a Catar 2022? Nunca se está en el estado ideal de una selección; hubo un equipo que fui trabajando en mi cabeza cuando empezamos, al que pudo ser y el que finalmente debutó ante Argentina. Algo similar me pasó en la segunda convocatoria. Tenía pensando un equipo para jugar en Bolivia, pero se fueron cayendo jugadores, y lo mismo me pasó contra Colombia.

Desde afuera se visualiza un equipo sólido, ¿o aún está en crecimiento? Lo primero que les dije a los jugadores es que quiero armar un grupo, porque desde allí se plantean objetivos y metas. Después ese grupo tiene que transformarse en un plantel, con cantidades de opciones y variantes, que permitan al entrenador armar distintas estrategias, parados tácticos y búsquedas. Y después tiene que surgir un equipo. La evolución en el fútbol es cíclica: hay una etapa de aprendizaje, otra de consolidación y otra de caída. Eso siempre pasa y nosotros en la Selección estamos recién en la de aprendizaje. Por qué: por un lado hay jugadores con experiencia en eliminatorias y Selección y por otro un gran número de jóvenes de 20 a 25 años, que juega por primera vez, y eso tiene un contenido psicológico y de exigencia.

Existe una buena respuesta en los futbolistas...
Exacto, pero eso no quiere decir que sea definitivo porque en la etapa de aprendizaje pueden aparecer dudas. En algún momento cuando un equipo se consolida es cuando empieza a crecer o ya tiene una dinámica propia: la forma de jugar y pensar. Pero para eso hay que pasar por cantidades de pruebas que aún no hemos terminado de experimentar. Uno puede llegar a creer que con lo que tenemos nos alcanza o que estamos en la cumbre. Por eso es vital imponer otra impronta, dinámica, cambiar sistemas, formas, convocar sangre nueva para impulsar el proyecto. 

¿Es factible mantener en un futbolista esa ambición de siempre ganar?
Mi intención era recuperar eso. Por eso cuando vino el presidente de la República, Lenín Moreno, a visitarnos, nos dijo lo que significa jugar por la Selección o lo que originaba. Yo le dije a él que los muchachos lo tienen claro. Nosotros nos jugamos por la ilusión de la gente y los jugadores están comprometidos, por eso cuando festejan goles, lo hacen en grupo.

Hay técnicos que dicen que si los futbolistas llegan a consolidarse como grupo alcanzan objetivos, ¿usted lo ve así?
No hay verdades absolutas en el fútbol. Hay distintas maneras de conseguir objetivos. En mis 28 años de vida profesional, en los lugares que estuve, traté de generar un clima que de placer de venir a trabajar. Para mí es importante que se sientan bien las cocineras, utileros, cuerpo médico, jugadores... Si tengo que ir a cocinar, con las cocineras, lo hago, o también compartir con los jugadores, pero eso tampoco me quitará esa exigencia de hacer una crítica. Para mí, la única verdad está en lo que se construye adentro, en la Selección, con sentido de pertenencia, como familia y si nosotros cuidamos ese ámbito, vamos a responder siempre como grupo y no por esfuerzos individuales.

Entrenadores en Argentina han construido sus identidades alrededor de figuras como Carlos Salvador Bilardo o César Luis Menotti, ¿usted es distante de eso?
Los argentinos vivimos en esa antinomia permanente. Soy de esa generación de sentarme a charlar con ambos, más allá de concepciones de fútbol. Pero también nos marcaron otros como Cúper (Héctor), Valdano (Jorge), Bianchi (Carlos), Grigol (Timoteo)... Yo me nutro de todos. Soy de esos que está en etapas de aprendizaje permanente. Me gusta como juega Carlo Ancelotti, uno de los mejores técnicos, porque deja una impronta distinta por los equipos que pasa; también me agradan Simeone, Klopp…

Usted agrupa conceptos que pueden ir desde un planteamiento defensivo hasta llegar al extremo ofensivo.
Exacto. Con respeto lo digo: cada uno tiene su propia identidad. Me cansé de escuchar decir que ‘quiero jugar como el Barcelona FC’, pero no tenían a Xavi, Iniesta y a Messi. Entonces es difícil hablar de formas. Una cosa es parar un equipo y la otra es una estrategia, que sirve para equis rival o partido. Allí es donde uno no debe cerrarse. He visto técnicos que dicen: ‘yo muero con la mía’. Yo, en cambio, vivo con la mía que es cambiar, pero eso no quiere decir que traiciono mis principios y convicciones, lo que no se negocia. Y eso no va en la forma de cómo ataco o defiendo. Esa flexibilidad puede extenderse a otros entrenadores... Respeto las opiniones de los demás y las discuto o suelo decirles a los jugadores en los equipos que he pasado: díganme que estoy equivocado y lo revisamos y si me lo demuestran, cambio. El equipo no es mío, es de ellos.

¿Cuál es el plan 2021?
Estamos a la espera de lo que pase en el torneo de la LigaPro para armar un microciclo con jugadores locales, antes de marzo, pero no queremos interferir con el descanso de ellos o la pretemporada. Tal vez lo más conveniente es que la Conmebol cambie las fechas del premundial en junio para que las selecciones tengan más tiempo de preparación para la Copa América.