Chile

La mejor generación de futbolistas chilenos ganó por segunda ocasión la Copa América. Foto: AFP

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26 de junio de 2016 23:16

4 lecciones que Chile le enseña a la Tricolor

Alejandro Ribadeneira

Chile es bicampeón. A punta de penaltis, es verdad, ¡pero es bicampeón! Jugar dos finales de Copa América a año seguido e imponerse no es cosa de suerte, que por supuesto también hay que poseer en un deporte como el fútbol. Estas son las razones que tienen a la Roja en las cúspide de la región y que ojalá en Ecuador se aprendan.


1. Una generación que aprendió a ganar


Los chilenos por fin dejaron de aplaudir éxitos en partidos y se empeñaron por los éxitos en los torneos. Para eso fueron necesarios algunos factores pero el más importante fue la intensa profesionalización del proyecto nacional. Con Bielsa se acabaron las fiestecitas, los relajos, las excusas, y se empezó a jugar de igual a igual. El resto de entrenadores han procurado mantener esa tónica. Por supuesto que han ocurrido bemoles y retrocesos; en la misma Copa del 2015 hubo papelones como el Ferrari estrellado de Vidal; pero el enfoque general cambió: se necesita disciplina para ganar, se necesita compromiso, se necesita un equipo de verdad. Chile lo tiene.


2. Una generación brillante


Nunca antes Chile juntó a tanto talento. Antes era una excepción que los chilenos estuvieran en las tres primeras ligas de Europa, ahora es una constante. Son jugadores con personalidad, con oficio y que han aprendido a afrontar situaciones extremas como los penaltis, por ejemplo, o las críticas de la prensa cuando las cosas no salen bien. Por supuesto, que broten los talentosos no solo es una celestial coincidencia sino que también es gracias al siguiente punto.


3. Una generación que superó la crisis.


Antes, los clubes chilenos estaban o quebrados o sumidos en la mediocridad. Rara vez despuntaban en los torneos internacionales y lo constante eran las noticias sobre iliquidez, juveniles abandonados y desazón. Ha sido necesaria una dolorosa etapa de reformas en los clubes (algunos desaparecieron, otros cambiaron de dueño o se hicieron sociedades anónimas, etc.) para que los jugadores vuelvan a contar con oportunidades más o menos reales de hacer una carrera. En Chile hay que ser eficiente o dejar el puesto a otros.


4. Una generación con líderes competentes


Los entrenadores elegidos han sintonizado con el estilo de juego de los chilenos. Luego de Bielsa, la tónica ha sido contratar entrenadores que hayan ganado algo en el torneo chileno pero que también garantizaran que NO convertirían a la Roja en una nueva U de Chile o en un Colo-Colo vestido de rojo. Se convoca a lo mejor. Se llama a los que están ganando. Se sigue a los que están en la banca de sus clubes (como Vargas) para saber si podrán con el reto de representar a Chile. Ah, y cuando fallan, no califican de idiotas a sus detractores.