Dunga

El seleccionador brasileño se aferra a su cargo pese al fracaso en la Copa Centenario. Foto: EFE

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13 de junio de 2016 12:17

Dunga no renuncia pese a la escandalosa eliminación de Brasil

Agencia AFP

La eliminación temprana de la selección brasileña de la Copa América Centenario corona una seguidilla de fracasos y deja en la cuerda floja al entrenador Carlos Dunga, quien había sido contratado para recuperar el prestigio del pentacampeón mundial.


En la Copa América que se disputa en Estados Unidos, Brasil cosechó un deslucido empate sin goles ante Ecuador, aplicó una goleada por 7-1 al modesto Haití, y cayó por 1-0 ante Perú en el partido que selló su suerte.


El saldo no podía ser más devastador para la otrora temible selección: apenas le hizo goles al Haití, y además fue el único equipo que sufrió un gol de ese limitado seleccionado caribeño. Es la primera vez desde 1987 que Brasil deja una Copa América en primera ronda.


Pero más allá de los resultados, el fútbol que presentó Brasil en sus tres partidos fue de lo más confuso que el equipo expuso después de la catastrófica Copa del Mundo de 2014.


En las eliminatorias sudamericanas para la Copa del Mundo Rusia-2018 Brasil está anclado en sexto lugar, y por el momento fuera del torneo.


Este escenario torna insostenible la situación de Dunga al frente de la selección, y la pregunta ahora es cuando la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) le mostrará la tarjeta roja.


La proximidad de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, en los que Brasil desea conquistar la medalla de oro, el último gran trofeo mundial de fútbol que nunca ganó, es un factor que complica y, al mismo tiempo, el catalizador del cambio.


Así, la decisión que la CBF debe adoptar es si conviene empezar de inmediato el trabajo de un nuevo entrenador, o si es conveniente esperar los dos meses que faltan para el torneo olímpico de fútbol.


Luego de la derrota ante Perú, al ser consultado si sentía temores sobre su continuidad en el cargo, Dunga se encogió de hombros: “lo único que temo es la muerte” , rechazó.


Para el entrenador, el fútbol brasileño atraviesa una fase “de transición” y se torna necesario tener paciencia hasta que aparezcan los resultados.


En la visión de Dunga, la eliminación de Brasil en la Copa América no se debió al mediocre nivel de juego presentado o en la incapacidad de convertir goles ante equipos bien armados.


La eliminación de Brasil, dijo, fue consecuencia de “imponderables” como la validación de un gol anotado por un jugador peruano con el brazo.


Ya en la salida del estadio, los jugadores dejaron al descubierto un abismo, al alejarse de ese discurso y admitir que es necesario que la selección se replantee todo desde el inicio, y no apenas responsabilice al árbitro.

No es el momento de buscar culpables, sino de que cada uno haga su autocrítica” , dijo a la prensa el capitán de la selección, el zaguero Miranda.


Para Dani Alves, el error del árbitro “no sirve como disculpa” , y expresó su convicción de que “ tenemos que revisar conceptos y reflexionar sobre lo que podemos hacer de forma diferente ” .


El mediocampista ofensivo Willian incluso fue más allá y entreabrió la puerta a una velada crítica a la decisión de Dunga de no pensar en alteraciones durante el partido contra Perú.


“Es una opción del entrenador, no puedo decir porqué no hizo substituciones. Pienso que él creyó que el equipo estaba bien, no lo sé, y decidió no cambiar” , dijo Willian.


Después de la histórica paliza por 7-1 sufrida a manos de Alemania en semifinales del Mundial-2014, Brasil decidió que había llegado el momento de rever todo el sistema de selecciones y los métodos de trabajo, y contrató a Dunga para conducir el proceso.


Pero el escándalo que posteriormente descabezó a la FIFA golpeó brutalmente a Brasil, al punto que el actual presidente de la CBF, Marco Polo del Nero, no puede salir del país por riesgo de ser arrestado.


Dunga es el personaje de la crónica de una caída anunciada, pero con o sin él la CBF tendrá mucho trabajo por delante para recuperar el prestigio de la legendaria camiseta amarilla con vivos verdes.