El colombiano Duvan Zapata celebra después de anotar contra Qatar durante su partido de torneo de fútbol de la Copa América en el estadio Cicero Pompeu de Toledo, también conocido como Morumbi, en Sao Paulo, Brasil, el 19 de junio de 2019.

El colombiano Duvan Zapata celebra después de anotar contra Qatar durante su partido de torneo de fútbol de la Copa América en el estadio Cicero Pompeu de Toledo, también conocido como Morumbi, en Sao Paulo, Brasil, el 19 de junio de 2019.

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22 de junio de 2019 12:47

Duván Zapata, el milagro que el fútbol le arrebató a la guerra en Colombia

Agencia AFP

Los sonidos de la guerra en Colombia zumban en la memoria de Duván Zapata. El fútbol, disfrazado como un milagro para sobrevivir, apareció para arrebatárselo a las balas. Hoy sus gritos nacen desde la felicidad de un gol, y no por el llanto desgarrador de la tragedia.


Con 28 años, Duván Zapata vive un idilio con el gol en la mejor etapa de su vida futbolística. Marcó 23 goles en su primera campaña con el Atalanta, quedando a tres de ser el 'capocannoniere' de la liga italiana, y superó por dos goles al astro Cristiano Ronaldo.

"Me están pasando cosas muy lindas en esta etapa de mi carrera y espero que también así sea con la selección" en la Copa América en Brasil, donde ya lleva dos goles marcados ante Argentina y Catar.

Y es que la meteórica carrera de Zapata empezó en un caserío cercano a Padilla, un humilde pueblo del departamento de Cauca (sureste), blanco del conflicto armado entre el Estado y la desmovilizada guerrilla de las FARC por más de 50 años.

Allí nació Zapata, donde las muertes selectivas y el desplazamiento forzado eran el pan de cada día en un país que se desangraba. Era sobrevivir a la guerra sin un futuro o huir. Zapata optó por la segunda opción.


Se instaló con su familia en Cali persiguiendo el sueño de ser futbolista, una de las opciones que le había dejado una vida con carencias, pero rica en humildad. 


El buen ojo de un tío lo puso en la órbita del América de Cali. Zapata, un negro corpulento de 1,89 m, tanto de niño como de adolescente se distinguió por su fuerza, velocidad y ese tranco largo con el que superaba a sus pares.

Condiciones le sobraban, sólo faltaba pulirlo para convertirlo en un verdadero futbolista. En 2006 pegó el salto a la reserva de los 'Diablos Rojos', y dos años después debutó en la primera división de la mano del técnico Diego Umaña con 17 años.

Fue tenido en cuenta para disputar el Mundial Sub-20 que organizó Colombia en 2011, y en ese combinado juvenil se conoció con James Rodríguez y Luis Muriel. Marcó un gol en tres partidos y tras la cita dejó el América con destino a Estudiantes de La Plata.

En dos temporadas y media con el 'Pincharrata' marcó 19 goles en 44 partidos de liga. Sus gritos de gol llegaron a oídos del Nápoles, que se lo llevó para la temporada 2013-2014 por USD 10 millones.




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