El guardameta esloveno del Atlético de Madrid, Jan Oblak es felicitado por sus compañeros tras realizar tres paradas en la misma jugada.

El guardameta esloveno del Atlético de Madrid, Jan Oblak es felicitado por sus compañeros tras realizar tres paradas en la misma jugada.

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15 de marzo de 2017 17:07

El Atlético pasa a cuartos de Champions por cuarto año consecutivo

Agencia DPA

El Atlético de Madrid se clasificó este miércoles 15 de marzo para los cuartos de final de la Liga de Campeones del fútbol europeo por cuarta vez consecutiva al empatar sin goles ante el Bayer Leverkusen tras su triunfo 4-2 en la ida.


Fue un encuentro muy plácido para el equipo de Diego Simeone y lo mejor lo ofreció su arquero, el esloveno Jan Oblak, quien ofreció en la segunda parte un auténtico recital.

La primera parte trajo muy poco fútbol. El Atlético, amparado en el resultado de la ida, eligió ser pragmático y no arriesgar nada. El Bayer Leverkusen estaba obligado, pero realmente no lo pareció. Expuso muy poco mientras los minutos volaban. Dio la impresión de que había dado la eliminatoria por perdida desde hace ya días.

El técnico atlético, Diego Simeone, puso a Ángel Correa por detrás de Antoine Griezmann y el argentino se mostró dentro de una primera mitad en la que no ocurrió prácticamente nada hasta el minuto 38. Fue entonces cuando el equipo local encadenó dos ocasiones claras y con el mismo protagonista final: el arquero alemán Bernd Leno.

En la primera oportunidad, Correa entró en velocidad dentro del área y obligó a Leno a estirarse hacia su izquierda para sacar un balón muy difícil. Tampoco fue nada fácil lo que hizo en la siguiente acción, cuando un disparo de Koke lo obligó a viajar al palo derecho para desviar otro lanzamiento de enorme dificultad.

En tiempos en los que se rumorea un presunto interés del Real Madrid por ficharlo para la próxima temporada, el alemán dejó sello de gran arquero. Fue de lo poco destacado de una primera parte que no hizo honor a un torneo como la Liga de Campeones.


La segunda mitad fue más interesante. No tanto por la eliminatoria, ya decidida, sino por ver quién se llevaba el triunfo. Y no lo hizo el Bayer Leverkusen porque se estrelló contra Oblak. El conjunto alemán decidió arriesgar más y dio más libertad al centrocampista Kevin Kampl, brillante en la media punta.

Por su parte, el Atlético enseñó peligro en los contraataques, siempre con Antoine Griezmann bien perfilado. Lo más memorable del encuentro llegó a los 69 minutos, cuando Oblak dejó una de esas jugadas distintas que se recuerdan durante mucho tiempo. En tres ocasiones consecutivas el balón quedó a bocajarro para los delanteros alemanes, quienes por tres veces se tropezaron con la inmensa figura del arquero atlético. Fueron cuatro segundos para la memoria, tres paradas antológicas.

Los minutos se fueron marchando con la seguridad de que el Atlético estaría en cuartos de final, lo realmente valioso de la noche. Y así ocurrió sin demasiados motivos para la preocupación. El equipo de Simeone convirtió en rutina estar entre los ocho mejores equipos de Europa, un auténtico hito.