Equipos menores de Independiente arrasan dentro y fuera del Ecuador
Las carreras de Moisés Caicedo y Piero Hincapié están en franco crecimiento. Hace un año levantaban el trofeo de la Copa Libertadores Sub 20 con la camiseta de Independiente del Valle, y ahora brillan en Europa.
Es una de las copas más importante del club, la materialización de un proceso enfocado en la formación de talentos. Hincapié y Caicedo, que también se destacan en la Selección, son dos de los tantos nombres que pulieron su vocación en el complejo de Chillo Jijón.
En las instalaciones del club hay tres gabinetes llenos de trofeos, uno de ellos es la imponente Sudamericana. En las vitrinas no caben todas sus copas.
¿Por qué no alcanza el espacio? La respuesta es fácil; son tantos los trofeos que ganaron, que incluso algunos miembros de la directiva ya perdieron la cuenta. Su hegemonía a nivel nacional se extiende a los torneos del exterior, donde también pasean su fútbol.
Hasta hoy, el equipo rayado acumula 26 campeonatos nacionales y cuatro internacionales en sus categorías formativas. La cuenta podría aumentar este fin de semana, cuando disputen las finales de los torneos Sub 16 y Sub 18 de la FEF, ambas ante Liga de Quito.
Luis Pastur es el entrenador de la Sub 18. El miércoles pasado organizó un asado con los futbolistas para animarlos antes del juego; el estratega español se sumó al club el año anterior y quedó encantado.
Según él, que todas las categorías busquen la misma identidad de juego es una ventaja. “Cada entrenador le da su toque personal pero la estructura y la meta es la misma”, dice el profesional español.
Desde 2018, Independiente adoptó ese modelo de juego, que nació de un convenio con la Academia Aspire, de Catar. Su éxito también se basó en la estructura de La Masía del FC Barcelona y el estilo de Pep Guardiola.
Más allá de la parte deportiva, Pastur apunta a la formación integral de los jugadores. A ellos les dan hospedaje, alimentación y estudios gratuitos.
“Si quieres jugadores del primer equipo debes tener un buen trabajo atrás, y para eso se debe profesionalizar a los entrenadores, que dediquen el tiempo que se merece a chicos que vienen, en su mayoría, de un contexto sociocultural y familiar complicado”, acota Pastur.
La formación integral es una de las bases del proyecto. Al momento, el club cuenta con 120 jugadores, desde la categoría Sub-11 hasta el equipo de reserva; 100 de ellos residen en su complejo deportivo.
El año pasado se suspendieron las competencias formativas organizadas por la FEF, debido a la pandemia del covid-19. A decir de Pastur, esa paralización trastocó el proceso de los menores.
Los torneos recién se retomaron a finales de agosto de este año. El regreso a los entrenamientos fue progresivo, para evitar lesiones.
El proceso para pasar de los equipos menores al cuadro principal es ordenado. El DT Renato Paiva o los miembros de su cuerpo técnico visitan los entrenamientos y partidos, pero la solicitud de jugadores se hace a través de la gerencia deportiva.
“El profesor Paiva habla con la gerencia y ellos son los que deciden quiénes son los jugadores que deben ascender al primer equipo o a la filial (Independiente Juniors). Así, el proceso es orgánico, sin que haya saltos en la cadena de mando”, explica el profesional.
