El duro del cuerpo médico de Independiente del Valle, Celio Romero, revisa el pie derecho de Ángelo Preciado, en su consultorio ubicado en el complejo de Chillo Jijón.

El duro del cuerpo médico de Independiente del Valle, Celio Romero, revisa el pie derecho de Ángelo Preciado, en su consultorio ubicado en el complejo de Chillo Jijón. Foto: David Paredes / BF

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21 de noviembre de 2019 15:05

Médicos de Independiente afinan la 'maquinaría' del campeón

David Paredes

A finales de diciembre pasado, Celio Romero, médico del Independiente del Valle, se reunió con Luis Roggiero, gerente deportivo del club, para presentarle un revolucionario plan de salud y prevención de lesiones. El galeno, especializado en traumatología y medicina deportiva, le mostró la fórmula para dejar listos a los jugadores y explotar todo su rendimiento físico. 


Así, por ejemplo, se impusieron nuevas normas médicas y nutricionales. También se amplió el cuerpo médico y se innovó en tratamientos específicos que ahora se aplican hasta en las formativas.


“Antes de que finalice el año pasado, nosotros planificamos todos los controles e innovaciones que se iban a hacer en el departamento médico. El plan que diseñé fue para prevenir lesiones y en alto rendimiento”, asegura Romero.


El proyecto fue complejo, sobre todo en la parte nutricional. Tuvo que cambiar hábitos alimenticios de la mayoría de los jugadores de Primera. De la dieta se eliminaron el arroz, el pan blanco, el azúcar blanca, las gaseosas… En definitiva, tuvo que hacer trabajo de hormiga para concienciar a los muchachos la importancia de una buena alimentación en el alto rendimiento.


“Cambiarle el estilo de vida del jugador fue complejo. Sobre todo, con futbolistas profesionales que trabajan hasta las 12:00 todos los días y que pasan en sus casas en las tardes”, asegura el ‘doc’.


La primera batalla ganada fue lograr que toda la plantilla desayune y almuerce en el complejo. Con eso se consiguió controlar el peso ideal de los muchachos. A esto se sumaron las pruebas de esfuerzo y los exámenes médicos que demanda una plantilla de futbolistas. Hasta les hicieron chequeos podológicos.


Eso sí, hubo ‘ruditos’ que no cachaban las órdenes. Con el tiempo se fueron acoplando a los nuevos requisitos del club. “A los nuevos les costó más adaptarse a nuestro plan médico. Jorge Pinos, Roberto Garcés, Cristian Dájome… primero tuvieron que acomodarse a nuestro sistema de entrenamiento y luego a nuestra propuesta médica”, dijo el médico.


Los resultados se evidenciaron en la cancha. Ahora los jugadores sienten que están más ligeros, que tienen más resistencia que sus rivales y hasta más rápidos. Con esa fórmula lograron sorprender al Corinthians y al Colón de Santa Fe en la Copa Sudamericana, que ahora reposa en sus vitrinas.


Ahora combinan la alimentación con sustratos energéticos como geles, que contienen más glucosa y cafeína. Esto los mantiene despiertos y atentos en cada juego.


En la puerta del camerino está pegada una tabla con todos los controles nutricionales. El ‘doc’ Celio se da el trabajo de hacerles control de peso a toda la plantilla cada dos semanas. Toda esa información la resume en un informe bien detallado que está a la vista de todos.


El más pesado es Luis Segovia. Con 81,8 kilogramos, el ahora lateral fue uno de los que se vio beneficiado con el cambio de rutina. Con el plan, el exjugador de El Nacional se volvió más rápido en la cancha. Esto le facilitó su cambio de posición. Con el DT Miguel Ángel Ramírez pasó de central a la banda.


Los rayados se alistan para recibir el domingo (18:30) al Delfín de Manta, por ‘playoffs’. El equipo volverá al estadio de Sangolquí después de dar la vuelta en Asunción.




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