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Israel es el principal culpable de la actualidad torera

Jonathan Machado,

EL CONFESOR

La etapa llegó a su fin. Aunque aún restan ocho partidos para que Barcelona termine su participación en la primera fase del campeonato ecuatoriano de fútbol, la posibilidad de que la gane es una utopía.

@jmachadom

Si existían esperanzas de seguir en la pelea, tras las dos derrotas con Deportivo Quito, se esfumaron al perder otros seis puntos con Liga de Quito. Estos resultados colocaron al equipo amarillo en una mediocre sexta ubicación.

No se puede justificar el mal rendimiento aduciendo que el equipo es nuevo y que los jugadores se deben acoplar. La etapa está por finalizar y han pasado suficientes fechas como para decir que este lapso no ha sido suficiente.

El máximo culpable de la actualidad torera es el entrenador Rubén Israel. Sus caprichos fueron determinantes para que el equipo pase de ser una ilusión para la hinchada a un plantel sin propuesta clara de juego. Mantener a Geovanny Nazareno, Alejandro Frezzotti y Andrés Lamas fue el mayor de sus errores, que terminó por hundir al equipo. Estos tres jugadores han demostrado no estar a la altura de Barcelona.

De local no ha sabido encontrar soluciones para ganar los partidos. Barcelona es un cuadro sin velocidad ni sorpresa. Carece de espíritu ganador para pasar por encima a cualquier rival. Ellos, que ven esas debilidades, encuentran pocas armas pero suficientes para generar peligro y llevarse uno o tres puntos.

De visitante la situación es peor. La propuesta es una sola: defenderse. No importa el rival ni la cancha donde se juegue. El objetivo no es ganar, sino no perder. Esa es una filosofía mediocre que no puede aplicarse en Barcelona.

Hay jugadores que han disminuido su juego en un alto porcentaje: Ely Esterilla, Pedro Velasco, Luis Checa e Ismael Blanco. El jugador argentino no es ni la sombra del año pasado. Su desgano, falta de actitud, vagancia y carencia de goles hacen pensar que ya no quiere seguir en el club. Debe recordar que en sus pies están los goles del equipo.

Brahian Alemán es uno de los jugadores que ha mostrado un desempeño aceptable. Tiene calidad y el temperamento para ponerse el equipo al hombro. Debe tomar conciencia de que su aporte es muy valioso. No puede pelear con los jugadores rivales y estar a un paso de la expulsión, como sucedió en el partido con Liga en Quito.

El que sí demuestra estar a la altura del equipo es Matías Oyola. Un jugador con talento y carácter en todas las canchas. Es el símbolo del equipo. Si todos jugaran como él, Barcelona estaría peleando la primera posición y no la mediocre sexta ubicación.

En el partido ante el cuadro universitario, Israel mostró claramente su desesperación. Realizó cambios en dos posiciones clave: el arquero y el centrodelantero. Máximo Banguera y Blanco fueron suplentes. Una muestra de que el equipo no tiene rumbo.

Perdida la primera etapa, ahora todo se complica. En la segunda habrá mayores dificultades porque los equipos pondrán más argumentos futbolísticos para llegar la final. Sin contar que el ganador de la primera fase querrá alcanzar la corona sin jugar la final.

Si la dirigencia no toma decisiones drásticas, el 2015 será otro año perdido. Aún hay tiempo. Hay que trabajar y recordar a la institución que representan.

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