Luis
Indignado 0
Triste 0
Contento 0

Luis Aragonés transformó a España de toro a torero

DPA,

PERSONAJE

El argentino César Luis Menotti aseguró poco antes del Mundial de fútbol de Estados Unidos 1994: España es un equipo que tiene que decidir si es toro o torero, un concepto que mantendría en cada ocasión durante una década.

Madrid

Paradójicamente, el mejor intérprete de tal reflexión fue el principal detractor de la misma: Luis Aragonés, aquel personaje del fútbol con una habilidad única para reflejar una imagen delante de las cámaras y comportarse de un modo diametralmente opuesto en los entrenamientos.

Menotti habla de toros, de toreros y no sabe lo que dice. Confunde el significado del vocablo furia. Furia es agresividad, dijo el español en 2004. Lo cierto es que dos años después, el madrileño empezaría a darle forma al cambio de identidad más grande que vivió el fútbol español y construiría la base de la época más exitosa en la historia de la selección.

Aragonés murió el 1 de febrero, a los 75 años, en una clínica de Madrid víctima de una leucemia. Cinco años y medio después de conseguir su único título al mando de la selección española y con la confirmación de haber sido el mentor de la mejor generación del fútbol español en su historia.

Luis tiene la culpa de lo que soy como futbolista y nos enseñó el camino a la gloria, escribió Sergio Ramos en su cuenta de twitter.

Aragonés fue protagonista en el fútbol durante medio siglo: desde su debut en Primera División como jugador del Oviedo en 1960 hasta su retiro como entrenador del Fenerbahce de Turquía, en el 2009.

A lo largo de sus décadas en los estadios, el apodado 'Sabio de Hortaleza' cosechó cinco títulos como futbolista (tres ligas y dos Copas, todas con el Atlético de Madrid) y diez títulos como entrenador.

Sus galardones más destacados en el banquillo, sin duda alguna, fueron la Copa Intercontinental con el Atlético, en 1974, y la Eurocopa con la selección española en Austria y Suiza, en 2008, después de una sequía de 44 años de títulos.

Así y todo, Aragonés dejó su sello en el fútbol español gracias a una personalidad única y una capacidad para llegar a sus dirigidos compartida con apenas unos pocos entrenadores en la historia del fútbol.

El madrileño tuvo en su carrera como técnico un perfil necesario para todas las partes del espectáculo del fútbol: protagonista de todo tipo de polémicas a pedir de la prensa, mentor para la mayoría de sus dirigidos y responsable de grandes resultados deportivos en varios de los clubes que entrenó.

Fruto de una personalidad arrasadora, Aragonés fue capaz de marginar a Raúl González de la selección española cuando el delantero era aún un emblema del Real Madrid; llegó a decirle al ex presidente del Atlético Jesús Gil: Tú aquí no eres nadie, poco después de que el directivo asumiera en su cargo, y a exigirle a Romario que le mirara a los ojos a la hora de criticarle en un entrenamiento.

Tuve la fortuna de ser entrenador por Aragonés en el Barcelona. Un gran líder y con un enorme carácter, escribió el inglés Gary Lineker en su cuenta de Twitter.

Sin embargo, Aragonés logró en el final de su carrera que su legado quede relacionado a su sabiduría futbolística y no a sus polémicas delante de los micrófonos. El ex técnico comenzó a diseñar a partir de 2006 la base que permitiría a España convertirse en el mejor equipo del mundo durante los últimos cinco años.

De hecho, en los octavos de final del Mundial de Alemania, el equipo español formó en la eliminación de los octavos de final contra Francia con ocho futbolistas habituales de la generación dorada: Casillas, Ramos, Puyol, Xabi Alonso, Fábregas, Xavi Hernández, Torres y Villa.

En la Eurocopa de 2008, la España de Aragonés encontró la perfección de un sistema futbolístico y estableció el sustento definitivo como para que el combinado ibérico ganara dos años después en Sudáfrica la primera Copa del Mundo de su historia y en el 2012 otra vez la Eurocopa, ambos bajo las órdenes de Vicente Del Bosque.

La selección española le ha hecho un gran bien al fútbol y se lo agradezco. Luis decidió ser torero y no toro. Dije eso una vez, que España tenía que definirse, y Luis se enojó, pero Luis me cae muy bien, dijo el propio Menotti hace dos años.

Aragonés interpretó a la perfección las palabras de su colega y decidió de una vez que la furia española se quede definitivamente delante de los micrófonos para que el tiqui taca se adueñe del espectáculo en el césped.