Roberto Ordóñez posa junto con un hincha de Emelec el 27 de enero del 2020, cuando el 'Bombillo' retornó a Guayaquil después de su pretemporada en España. Foto: Twitter @CSEmelec

Roberto Ordóñez posa junto con un hincha de Emelec el 27 de enero del 2020, cuando el 'Bombillo' retornó a Guayaquil después de su pretemporada en España. Foto: Twitter @CSEmelec

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6 de febrero de 2020 13:21

Roberto ‘La Tuka’ Ordóñez se ganó el cariño de la afición azul de Emelec

Ronald Ladines

Roberto Ordóñez lloró cuando recibió los aplausos de la hinchada de Emelec, durante la Explosión Azul. El delantero estaba nervioso en el túnel de ingreso a la cancha, cuando escuchó su nombre y la ovación que recibió. 


Pese a su imagen de hombre fuerte -ratificada con su 1,85 m de estatura y sus 85 kilos de peso- se autodefine sensible. El deportista de 34 años llegó al cuadro porteño a inicios de este 2020, con el objetivo de tomarse una revancha.


En el 2006 se probó con la camiseta eléctrica, pero no debutó. Buscó su camino en la Segunda Categoría, pero nunca pensó en renunciar. Su madre, Sonia Ayoví, que falleció hace dos años, fue quien lo motivó a buscar una oportunidad en el profesionalismo.


“Me emocioné mucho con el aplauso de la gente, a mi mamá le hubiera gustado ver eso”, contó el deportista, antes de viajar a Bolivia para el partido de la Copa Sudamericana, frente a Blooming el 6 de febrero del 2020 a las 17:15, en Santa Cruz.


Hace 13 años, el delantero se entrenó en el equipo eléctrico, que era dirigido por Carlos Torres Garcés y donde se destacaban como delanteros los argentinos Marcos Mondaini y Luis Miguel Escalada. Cuenta que se esforzó, pero no logró convencer al entrenador y no fue contratado.


Doña Sonia fue la más emocionada cuando su hijo pasó a Emelec, la primera vez. Por eso Ordóñez lamenta que no pudo verlo ingresar a la cancha en el partido de presentación del equipo, el jueves pasado, cuando derrotaron a Liga de Portoviejo (2-0).


Tampoco lo vio cuando se coronó campeón con Delfín, el año pasado, por eso considera que su alegría estuvo incompleta. Tras dar la vuelta olímpica, el deportista fue a la iglesia de Monserrate, en Montecristi, para dedicarle el triunfo de su carrera su mamá.


El carisma de Ordóñez lo hace uno de los jugadores más queridos de los clubes que defiende, pasó por River Ecuador, Mushuc Runa, Delfín y se repite en Emelec. Desde que fue anunciado como refuerzo, solo recibe elogios en redes sociales y en sus apariciones públicas. 




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