César Benalcazar en uno de los entrenamientos de El Nacional, en el 2017. Fue preparador físico del DT Eduardo Favaro. Foto: David Paredes

César Benalcazar en uno de los entrenamientos de El Nacional, en el 2017. Fue preparador físico del DT Eduardo Favaro. Foto: David Paredes / BF

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4 de enero de 2019 18:51

César Benalcázar: ‘Espero que me liquiden todos mis haberes’

David Paredes

El ‘Capi’ César Benalcázar tenía todo arreglado con el ‘profe’ Marcelo Zuleta para trabajar este año, pero en el club le dijeron que no. Habla de todo un poco el preparador físico. 


​¿Por qué se dio su salida de El Nacional?
Este año me ratificaron para El Nacional junto a Francisco Reinoso. De esto sabía Eduardo Favaro (quien ya había arreglado con Aucas). Hablé con Favaro y me dijo que había posibilidades para trabajar juntos, una vez más. Cuando Favaro se fue a sus vacaciones sabía que yo iba a continuar en El Nacional y por eso decidieron buscar un nuevo preparador físico (para Aucas).


¿Cuánto le perjudicó preferir a El Nacional y después no ser tomado en cuenta?
Me dolió salir de El Nacional. No me imaginé esta situación. No solamente tuve la oportunidad de irme al Olimpia, también a Nacional de Paraguay, a la Selección de Guatemala y de Honduras. Pero todo esto no lo hice por pedido del general Tito Manjarrez, que para mí es palabra mayor. La dirigencia de El Nacional, los hinchas. Yo me quedé porque tenía firmado un contrato. A mí me enseñaron que la palabra tiene peso y la lealtad mucho más.


¿Qué le pidieron los dirigentes para quedarse?
Desgraciadamente me confié. Me dijeron que debía basarme en un presupuesto y eso hice. Aceptamos en lo económico.


¿Se bajó su precio para quedarse en El Nacional?
Sí, eso hice. Iba a ganar menos de lo que recibí el año pasado. Me dijeron que había algunas opciones de entrenadores. Hablaron de Fabián Bustos, Gabriel Schürrer y Marcelo Zuleta. Me dijeron que los dos primeros podían llegar con su preparador físico y con Zuleta tenía chances.


¿Habló con Zuleta antes de que el club tomara la decisión?
Sí, conversé con él. No lo hicimos solo una vez, sino varias veces. Hablamos de trabajo. Ya estábamos coordinando la pretemporada de este año. Ahora espero que me liquiden todos mis haberes como dice la ley.


¿Se va decepcionado del proceder de la dirigencia?
No, pero sí tengo malestar. Sé que el fútbol es así. No me puedo aferrar a una institución, pero me enoja que sucedan este tipo de situaciones. Si a mí me decían que todo el cuerpo técnico se va al finalizar el año, no pasaba nada. También tuve chances de ir a otros clubes del país. Se me cerró la puerta hasta en Aucas con el profesor Favaro.


¿A qué se debe la involución de El Nacional?
Este año estábamos siendo considerados el equipo más goleador, pero también la defensa más vencida. El equipo, siempre ganando, tuvo miedo de que el rival nos empatara o nos ganara. Nos pasó varias veces en el año. Ante Delfín goleábamos 3-0 y nos empataron. Le íbamos ganando al Macará 2-0 en Ambato y nos empataron. Íbamos ganando al Independiente 2-0 y perdimos.


¿Fue un problema de actitud de sus jugadores?
No, nos faltó madurez y experiencia. No se respetaron las designaciones de los penales. Y esto lo pongo como algo clave que afectó y repercutió en los resultados. Favaro designaba a tres cobradores, pero a la hora aparecían otros. Fallamos ante Emelec, ante Liga de Quito y Aucas. Cobraron otros que no estaban designados y en esos tres casos podíamos empatar o ganar.


¿Le duele el momento que vive El Nacional?
Sí, porque he visto el esfuerzo que han hecho los dirigentes para cumplirnos. Por ahí deben premios y unos meses de sueldos. A mí me consta que sí se esforzaron. Pero me preocupa más la salida de los jugadores. En el primer año, después de clasificar a la Copa Libertadores se fue el 80% del equipo. Al año siguiente fuimos a la Copa Sudamericana y se fueron otros. No los pudimos reemplazar. Se fueron Franklin Guerra, Jonathan Borja y Bryan de Jesús. Eso sí nos costó.


¿Pesó tanto la salida de Franklin Guerra?
Sí, porque él era el líder, el capitán y pieza clave de la columna vertebral del equipo. No pudimos reemplazarlo. 


El año pasado no pudieron retener jugadores ni contratar refuerzos en la segunda etapa. ¿Faltó más firmeza de Favaro con los dirigentes?​
No. Se pidió a Roberto Ordóñez y Carlos Garcés en su momento y el club no pudo ficharlos. Pero también vinieron jugadores por los que nadie daba nada y terminaron luciéndose y saliendo al extranjero. Con nosotros, aparecieron Aníbal Chalá, Bryan de Jesús, Roberto Garcés y hasta el mismo Christian Lara, quien con 38 años volvió a irse al fútbol del exterior. No hicimos las cosas tan mal durante los tres años.


Pero hay un descenso más en la historia del club...​
Eso sí nos dolió. Para beneficio del club es un descenso maquillado, porque no jugarán en la Serie B. Para mí es un consuelo, porque nunca descendí en los clubes en los que trabajé en el país y en otros países. Siempre triunfé. En los equipos que estuve siempre logré clasificar a un torneo internacional o ser campeón. Hasta en los equipos considerados chicos logramos cosas importantes. En Aucas lo agarré en Segunda y fuimos campeones invictos. 


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