Periodista. El fútbol tiene mentiras y verdades, derrotas y fracasos, hinchas y noveleros, política y demagogia, estrellas y estrellados, goles y autogoles, honestidad y corrupción, debuts y despedidas. Pero tranquilos, es solo un juego. Puedes seguirme en Twitter: @costadaniel94
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lunes 18 de mayo 2020

Se volvió a todo, menos al fútbol

Daniel Costa

Este fin de semana presenciamos todo, menos fútbol. Más de un aficionado se emocionó porque se reiniciaba el fútbol profesional en Alemania. Claro, quizá nunca vieron un partido completo de la Bundesliga, pero había que subirse a la camioneta mediática de las redes sociales. El balompié volvió bajo la nueva ‘normalidad’, tras la paralización de la mayoría de las competiciones debido a la pandemia de coronavirus. Pero ¿qué quiere decir esta nueva ‘normalidad’ ya en acción?


Los sabios y, evidente carentes de sentido común, apuraron el retorno del fútbol con estadios vacíos, festejos ‘moderados’ sin abrazos y con choque de codos, múltiples medidas de seguridad y jugadores y técnicos entrevistados a un metro de distancia. Eso sí, hay que separarse mucho en las celebraciones, pero juntarse en las barreras. Además, se jugó con pelotas desinfectadas, cada equipo llegó al estadio con sus jugadores colocados mascarillas y la banca de suplentes es cualquier cosa menos un banquillo: es un conjunto de jóvenes aislados, con la distancia mínima requerida, en grandes sillones.

A los instruidos que forzaron el regreso al fútbol se les olvidó que es un deporte netamente de contacto. ¿Fútbol sin faltas? Pues… Benito Raman, jugador del FC Schalke 04, hizo la primera infracción a los cuatro minutos. Una falta por detrás, impotente tras perder un balón. ¿Fútbol sin festejos? En la victoria de Hertha de Berlín por 3-0 sobre el Hoffenheim, los jugadores se abrazaron en todos los goles y el belga Dedryck Boyata hasta se atrevió a besar a su compañero Marko Grujic. ¿Costó la paralización? Ocho lesionados en el primer día de competencia.

Sin embargo, los jugadores se mostraron robóticamente disciplinados ante las nuevas medidas de seguridad. Se parecía más a lo que los no aficionados decían antes de lo que se trataba este juego: 22 individuos corriendo detrás de una pelota. Claro, ahora desinfectada. Cuando Haaland marcó el primer gol para el Borussia Dortmund, se fue al córner y bailó torpemente una danza imaginaria. Sus compañeros respetaron su espacio sonriéndole a la distancia establecida. Parecían un videojuego.


La distancia parece soledad. Aquí no es una cuestión de afición, sino de que la cosa salga y que salga televisada. Este tipo de fútbol le caería perfecto a la LigaPro, sometido a la televisión: sin violencia, sin insultos, sin marcajes al hombre, y ahora sin público y con los contactos mínimos que exige el juego. No sonó ni como sonaría un partido entre amigos. No hubo risas, ironía o impotencia. Al terminarse el cotejo, los jugadores del Borussia Dortmund dieron un sonriente aplauso y saludo a la grada vacía, a la afición inexistente. De nuevo, como las primeras ediciones de FIFA en PlayStation 1.

“Viendo el retorno del fútbol me pregunto: ¿Existirá una razón técnica para que no se permita el abrazo en los goles? Durante todo el partido estamos en constante contacto. ¡En un tiro de esquina están los defensores encima tuyos! En las barreras están todos juntos”, dijo el colombiano Radamel Falcao luego de ver el tan ansiado retorno.

Ya que estamos innovando con nuevas normalidades, por qué no adaptar lo que sucedió en Corea del Sur. El Seúl FC decidió colocar maniquíes con camisetas en las gradas para representar a los aficionados ausentes. Lo que ocurrió es que en realidad varias de estas figuras resultaron ser muñecas inflables sexuales colocadas por uno de sus auspiciantes. Bueno, el club pidió disculpas con un comunicado, pero suena divertido, ¿no?

Alemania, Italia, España e Inglaterra han decidido aventurarse en un territorio incierto con este retorno improvisado. Tienen que, sí o sí, terminar los campeonatos, pues la economía aprieta. Otros países declinaron este desafío, como Francia, Holanda y Bélgica. La nueva modalidad del balompié, sin público, emociones y jugadores robotizados, hizo que el fútbol desaparezca una vez que arranca el juego. Prefiero vivir del recuerdo, antes que caer en esta bobería. Se volvió a todo, menos al fútbol.

El defensa Raphael Guerreiro (centro) celebra con Julian Brandt (izq.) después de anotar en la Bundesliga con el BVB Borussia Dortmund ante el  Schalke 04, este 16 de mayo del 2020. Foto: AFP

El defensa Raphael Guerreiro (centro) celebra con Julian Brandt (izq.) después de anotar en la Bundesliga con el BVB Borussia Dortmund ante el Schalke 04, este 16 de mayo del 2020. Foto: AFP