Periodista y relator apasionado del fútbol. Su filosofía de vida es conformar la primera academia de periodistas deportivos del Ecuador. Reportero de CNTSports. Lo encuentras en Twitter como @Plopez18
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miércoles 11 de abril 2018

El fútbol femenino, ¿sueño o pesadilla en Ecuador?

Paúl López Encalada
Opinión (O)
Twitter: @Plopez18

En el 2018 las diferentes categorías de la selección ecuatoriana de fútbol femenino han tenido un inicio turbio. Los malos resultados del Sudamericano Sub 20 que se jugó en el país, el Sudamericano Sub 17 que se desarrolló en Argentina y la Copa América de Chile para la categoría mayor son la muestra que el fútbol de damas no está por buen camino. En los tres torneos, la Tri femenina jugó 11 encuentros de los cuales ganó solo un partido, empató uno y perdió nueve. Recibió 31 goles y marcó 11 tantos.


Más allá de estos números, ¿qué pasa en el fútbol femenino del Ecuador y quiénes son los responsables para que el proceso se haya detenido hace varios años?

Uno de los responsables de que el desarrollo de nuestro balompié en mujeres no crezca es usted, sí, quien está frente a este texto. Le pregunto, ¿le gusta el fútbol? Seguro usted jamás asistió a un partido del campeonato Ecuatoriano de mujeres. Los hinchas tienen un papel protagónico en cualquier deporte y este también es un problema en el fútbol masculino en el Ecuador, los hinchas se alejan de los estadios. En las damas los amigos o familiares de las jugadoras van a los cotejo, el resto del público no asiste.

Otra parte de responsabilidad la lleva la prensa deportiva, que no ha hecho esfuerzos para cubrir lo que sucede en el mundo del fútbol femenino. La importancia que se le da es mínima y hasta nula en algunos casos. Sólo para dar un ejemplo, ni la propia empresa ‘El Canal del Fútbol’ que compró los derechos del Campeonato Ecuatoriano de mujeres transmite todos los partidos. ¿Cuántos periodistas van a una cobertura entre semana a los entrenamientos de las chicas?, ¿cuántos trasmiten los partidos oficiales? Sin ir más lejos, en la Copa América que se desarrolla en Chile, solo existe una periodista ecuatoriana, Belén Quinatoa.


Pero hay algo más da fondo y es que el fútbol femenino necesita capacitación en: estrategas, jugadoras y dirigentes (de la Federación Ecuatoriana de Fútbol y de los clubes). No solo sobre el fútbol, sino sobre el comportamiento de las mujeres en la actividad deportiva, el ser humano, la psicología deportiva, metodologías en proceso de enseñanza y aprendizaje. Nuestro fútbol necesita invertir en conocimiento.

El fútbol ecuatoriano de mujeres debe profesionalizarse, pero no solo es trabajo de la FEF y la Confa (Confederación de Fútbol Aficionado), el compromiso está en los dirigentes de cada institución. Y es que los clubes deben dar el primer paso. ¿Quién está en la capacidad de invertir para que las jugadoras se dediquen en su totalidad al fútbol, es decir que las mujeres tengan un salario con el fin de concentrar toda su atención y compromiso en el fútbol? Hoy existen jóvenes que estudian, trabajan y deben entrenar, por lo general de dos a tres veces por semana, muy pocas lo hacen todos los días, esto sin contar con madres de familia, o madres solteras que deben estar presente en su hogar, con sus hijos, estudiar, trabajar, y por supuesto entrenar. Casi imposible exigir resultados.

Muchos clubes dirán que el Ministerio del Deporte u otros organismos deben financiar el fútbol de mujeres. En un principio se lo hizo, cuando José Francisco Cevallos estuvo al frente de la cartera de Estado, pero los proyectos deben ser autosustentables. Se debe crear un proyecto para nuestros clubes y que este se pueda vender por medio de estrategias de marketing, adquirir socios, venta de entradas, sponsors, entre otros.


Acerca de los patrocinadores se genera un debate. Las empresas públicas y privadas no respaldan los proyectos deportivos de las mujeres amantes del futbol. Lo que ocurre es que una marca jamás invertiría en un torneo, club o proyecto desordenado, sin estructura y sin resultados.

Si es verdad que Amilcar Mantilla es la imagen visible del fútbol femenino en el país, no se puede lanzar piedras en contra de una persona que en la medida de las posibilidades económicas y de gestión intenta sobrellevar un deporte que tiene problemas estructurales, y que además sigue peleando con una sociedad machista.

Mantilla propone una serie de aspectos para el bienestar del torneo, pero que pasan desapercibidos por parte de los mismos clubes profesionales del Ecuador. Uno de ellos es que los partidos del campeonato ecuatoriano femenino sean preliminares de los partidos oficiales de varones.


Pero los equipos masculinos están muy ocupados como para colaborar y al menos asesorar al fútbol de mujeres, a pesar de que la Conmebol ordena la profesionalización del fútbol femenino. Los clubes deberán tener un equipo de mujeres, o al menos aliarse con uno, caso contrario no podrán participar en Copa Libertadores, Copa Sudamericana, o cualquier evento organizado por la Conmebol desde el 2019.

Constantemente se reciben reclamos de dirigentes de los clubes sobre el personal que trabaja y gestiona el desarrollo del fútbol femenino. Los clubes llaman a la Confa y la institución no tienen claros los presupuestos para los equipos en: trasporte, número de comidas, no saben dónde viajan, y los procesos no se agilitan. Difícil planificar y gestionar de manera inmediata cada fecha o torneo.

A eso se suma la poca información en los presupuestos que se delega cada año al fútbol femenino,
¿cuánto envía la Conmebol?, ¿cuánto dispone la Federación Ecuatoriana de Fútbol?, ¿cuánto queda de los derechos de transmisión del 2017 que se firmaron por USD 60 mil? Los equipos no han recibido un solo centavo de lo ofrecido. ¿Hacia dónde se están direccionando esos rubros?


Los ingresos que delega la Confederación Sudamericana de Fútbol ingresan a las cuentas directas de la FEF. Hace dos años atrás la administración de estos rubros los tenía la Confa y ellos administraban por medio de Diana Quiñonez, la jefa financiera. Hoy existen deudas como: USD 8 mil a la empresa de transporte que trasladó en la primera etapa a diferentes equipos de Pichincha; no se ha pagado vocalías, gastos de camerino, entre otros aspectos. Incluso se ofreció vestir a los equipos en este 2018 con un sponsor de marca deportiva, pero tampoco se cumplió ese ofrecimiento.

Entonces a las mujeres no se las puede subestimar, que quede claro que no se les hace un favor al cumplir con dichas propuestas. Es obligación de cada área y personal trabajar en bienestar del fútbol de damas, hay que ordenar la casa, limpiarla, arreglarla y generar nuevas estructuras. Todos somos parte de este duro momento donde se ha fracasado a nivel nacional con un torneo 2017 que lleva un retraso de 4 meses y que recién en abril se juega la segunda etapa. Y eso refleja lo que ocurre a nivel internacional con malos resultados, goleadas y números negativos.

La madurez y la rebeldía por el cambio debe empezar, las jugadoras ya lo hicieron en Chile dando la cara con honor, con valentía de sus propios errores, aguantando críticas e insultos de este mal manejo. Ahora les toca a ustedes jugársela por el fútbol femenino del Ecuador, con la misma valentía, con el mismo honor y siendo fuertes ante la crítica o la represalia.