Periodista y relator apasionado del fútbol. Su filosofía de vida es conformar la primera academia de periodistas deportivos del Ecuador. Reportero de CNTSports. Lo encuentras en Twitter como @Plopez18
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martes 10 de julio 2018

El 'Bolillo' de la suerte para ir a los Mundiales

Paúl López Encalada
Opinión (O)
Twitter: @Plopez18

Decir que Hernán Darío Gómez ha llegado a cinco mundiales por pura suerte sería un ejercicio mental muy vago y un bajo reconocimiento a sus más de 40 años como entrenador. Por eso, hablar del 'Bolillo' Gómez es encaminarnos a décadas de historia en el mundo del fútbol latinoamericano, es hablar de récords, de momentos históricos en cada uno de los países que dirigió y, por supuesto, de polémicas.


Y vamos a la década del 80, cuando Hernán fue parte de la Selección colombiana de fútbol como asistente de Francisco Maturana; juntos llevaron a Colombia a ser el tercer mejor equipo en la Copa América de 1987, pero ese no fue el máximo logro, pues clasificó a su Selección como asistente técnico al mundial de Italia 90 y EEUU 94. Esta dupla de estrategas, 'Pacho' y 'Bolillo', llevó a Colombia a ser catalogada como la 'Generación Dorada' del fútbol cafetero.

Pero su era como director técnico en solitario al mando de un combinado arrancó en 1995, cuando se hizo cargo del equipo nacional y lo condujo a una cita mundialista por tercera vez. En esas eliminatorias Colombia volvería a un mundial, Francia 98, allí fue eliminado en la fase de grupos al caer ante Rumania e Inglaterra, y ganar a Túnez.

El 24 de agosto de 1999 firma su contrato con la Federación Ecuatoriana de Fútbol y se convierte en el entrenador de la Selección Ecuatoriana de Fútbol, junto a Elkin Sánchez como preparador físico y su hermano Jaime Barrabás Gómez como asistente.

Sin duda la época más importante del balompié ecuatoriano, y es que aquí empezamos a creer en el trabajo propio, en la entrega de los jugadores, pero sobre todo los mismos futbolistas empezaron a creer en ellos, y en quienes estaban cerca, sus compañeros. 'Bolillo' quedó en la memoria y retina de millones de aficionados en el Ecuador, por su carisma, su entrega en cada concentración, pero sobre todo por la manera de enlazar los cordones rotos de un país que se caía a pedazos con choques ideológicos, políticos y culturales.


Al llegar Hernán a Ecuador, lo primero que hizo es convertir las concentraciones en Parcayacu en un laboratorio de neuro fútbol, en donde costeños y serranos convivían en cuartos, descansaban, socializaban, reían y hasta lloraban juntos, algo que jamás sucedía en una Selección que por el contrario luchaba para que sus "compañeros" de la otra vereda, de otra ciudad, salgan de la 'Tricolor', eso cambió con la llegada de Hernán Darío Gómez. Y llegó la recompensa del trabajo realizado, el gol de Jaime Iván Kaviedes ante Uruguay decretaba un empate épico, un 7 de noviembre del 2001 los de la 'Mitad del Mundo' saboreábamos nuestra primera clasificación, que fue a Corea - Japón 2002.

En este mundial, 'Bolillo' ya anunciaría que Ecuador va a aprender en su primera cita ecuménica, y así fue, con una victoria ante Croacia y dos derrotas con Italia y México, la Tri se despedía en la fase de grupos. Cumplimos el sueño más anhelado estar en un cita mundialista.

Pero sigamos el recorrido del cafetero. Gómez renunciaría luego de participar en la Copa América 2004, un torneo decepcionante para nuestro país, en donde Argentina nos anotó una de las más grandes goleadas en la historia, 6 a 1. Ese 7 de julio del 2004 el 'Bolillo' nos deleitaría con otra de sus frases (“Un resultado saca-técnicos”) y dio un paso al costado, un gesto que pocos estrategas hoy en día en día tienen, el de renunciar cuando ya no hay resultados.

Recuerden a Gustavo Quinteros, que ebrio de ambición por el dinero, quiso chuparle al fútbol ecuatoriano no solo la ilusión, sino hasta el último centavo, esperando que lo echen por la puerta de atrás para cobrar un millón de dólares.

Pero no arruinemos la columna de Hernán recordando a técnicos que sí nos llevaron al fracaso. Y es que este no es un artículo publicitario, por el contrario, en cada línea se ve reflejado el trabajo de un estratega que con números muestra la capacidad de liderazgo que tiene en cada una de las Selecciones que dirigió.


Y es que el caso del Bolillo es único en el mundo y solo Henri Michel lo había conseguido en la historia, clasificar a tres mundiales con tres selecciones diferentes, Colombia en 1998, Ecuador en el 2002 y Panamá en el 2018. Pero a este récord sumemos que dos de esas tres clasificaciones se dieron con países que jamás habían logrado estar en una cita mundialista. Y sin contar las clasificaciones como asistente técnico de Colombia en 1990 y 1994.

Hernán Darío logró clasificar a Panamá a su primer mundial el pasado 10 de octubre del 2017, pero en la cita mundialista el cuadro centroamericano no tuvo una gran actuación pues perdió sus tres partidos en la fase inicial, ante Bélgica, Túnez y la goleada que le propinó Inglaterra por 6 a 1.

Esos son los antecedentes de Hernán Darío Gómez Jaramillo, un colombiano de 62 años, nacido en Medellín que conoce la cultura futbolística ecuatoriana, porque la palpó, la vivió intensamente con alegría y amargura. Es un hombre que sabe llegar con su discurso al grupo, pero lo más importante al ser humano, o si no preguntemos a cada uno de quienes dirigió, como les cambó la vida, ahora el cambio ya no solo debe ser mental, sino de estructura, una nueva metodología que sirva para que Ecuador vuelva a tener una identidad futbolística, la mismo que se perdió cada vez que veíamos caer nuestro arco en ese estadio en donde éramos imparables, en donde Sudamérica nos respetaba, el querido y viejo Olímpico Atahualpa. Allí en donde lloramos nuestra primera llegada a un evento mundial.

Entonces señores, si se quiere ir a un nuevo mundial, no se puede esperar más. Gómez es un técnico garantizado por su trabajo. En otro momento hablaremos de su vida personal, porque lo que queremos ahora es un profesional que trabaje, que viaje y busque jugadores, no que dirija a una Selección a control remoto.


“La línea colombiana ya no sirve” es lo que muchos futboleros y periodistas dicen, pero se han sentado analizar los resultados que nos ha generado la línea colombiana, su trabajo, su filosofía de juego, la manera de enamorar al público con buen trato de balón, algo que hemos olvidado en el Campeonato Nacional, en donde hay un técnico cafetero que muestra con resultados y con buen fútbol que su retórica llegó a sus pupilos. Santiago Escobar es el claro ejemplo, tomó una Universidad Católica que peleaba el descenso y que este año es protagonista en un fútbol carente de figuras.

Otros hablan de no regresar al pasado, y es que este no es un cuento de política o amor, es un deporte en donde los números son los únicos dueños de la verdad, y estos son los que avalan la carrera de un hombre que hasta casi le costó la vida por un sueño, ver a Ecuador en lo más alto de Sudamérica y el mundo.

Y si piensan que exagero, recuerden como en mayo del 2001 recibieron al ‘Bolillo' en Guayaquil
, luego de que le dispararon en la ingle y le rompieron su tabique nasal a golpes: días después, ante el pedido de los aficionados, se quedó en la Selección.