Periodista formado en Grupo El Comercio y Bendito Fútbol. Comunicador social de coincidencia. Las casualidades de la vida me llevaron al fútbol y ahora me muevo en el área chica del mundo digital y las crónicas insensatas. Me apasiona hablar de lo que a nadie le gusta.
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martes 10 de julio 2018
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Poderoso caballero es Don Dinero

Rodrigo Martínez
Opinión (O)
Twitter: @RoddMar

Cuenta la historia que hubo un grupo de jugadores discutía en el camerino por el reparto de los premios antes de su debut en el Mundial. Aquel sentimentalismo de jugar al fútbol con el corazón en el himno y el amor en la bandera se desvaneció cuando llegó la disputa por cómo se repartirían el 'billete'.


“Yo quiero más porque he jugado más minutos”, “no le quieren dar plata a la viuda”, “acá hay unos que solo vienen por el dinero” fueron algunas frases que sortearon los futbolistas de una selección que pensaba más en lo monetario que en sus propias limitaciones.


A nadie le queda dudas cuando ese seleccionado perdió el compromiso y fue tal el escándalo, que la misma Federación que los representaba tuvo que exponer públicamente el dinero que había repartido entre todos sus colaboradores para evitar más incidentes y rumores.


La salida de Hernán Barcos encuentra ciertos paralelismos con esta historia. Un jugador distanciado de la directiva de Liga de Quito por su salario, premios y primas encontró seguridad en un equipo extranjero, que le ofreció estabilidad financiera y mejores retos profesionales.


Es muy romántico para los aficionados pensar que los jugadores dan la vida por los colores, por la camiseta, por el bienestar del club. Son clichés de un fútbol moderno, en los que no se juega por una playera: se juega por el sueldo.


Los ejemplos sobran. Cristiano Ronaldo acaba de irse de un exitoso Real Madrid solo porque su presidente no le ofrecía el salario que el portugués creía merecer. Mauro Zárate se fue del ‘equipo de sus amores’ porque Boca Juniors le daba más dinero y mejores logros. Si usted deja su trabajo por mejores ofertas financieras o quiere repartirse un premio, ¿por qué debería cuestionar a un futbolista que lo hace?


En el fútbol profesional, tan capitalista como el que se jugaba hace 50 años, también se pueden exigir incentivos o mayores recompensas por un trabajo bien realizado. Barcos lo hizo. La selección, también.


Si Barcos decidió irse de Liga de Quito es porque consideró que el equipo no tenía nada más que ofrecerle. El Cruzeiro estará en los octavos de final de la Copa Libertadores, peleará por un título más relevante en el torneo local de Brasil y tendrá las retribuciones económicas que él cree justas para su talento.


Ya lo dijo Francisco de Quevedo hace más de 400 años. "Hace todo cuando quiero, poderoso caballero es Don Dinero".