Ejerce el periodismo desde el 2003, es autor de libros como Ídolos deportivos y fans en internet (2013); Gerencia del Deporte en el Siglo XXI (2017) y Detrás del juego. Estudio de mercado del fútbol ecuatoriano (2018); colaborador de prestigiosas revistas a nivel mundial y profesor de Periodismo Deportivo en la Universidad Central del Ecuador. Actualmente forma parte del staff de deportes en Radio Pichincha Universal.
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miércoles 26 de febrero 2020

La nueva Casa de la Selección

Andrés Luna

El 2 de junio de 1996, la Selección Ecuatoriana de Fútbol derrotaba por primera vez a la dos veces campeona del mundo, Argentina, en una Clasificatoria rumbo al Mundial de Fútbol. Sucedió bajo el nuevo formato de competición que contempló el “Todos contra Todos” que aún se conserva hasta la actualidad. El presidente de la Federación (FEF), Galo Roggiero, había entendido que las ventajas de jugar en Quito eran mucho más importantes que los intereses de presentar a la Selección en Guayaquil, particularmente en el Estadio Monumental de Barcelona, donde dos meses antes, el 24 de abril, habíamos derrotado por 4 a 1 a Perú.


A partir de ese momento el Estadio Olímpico Atahualpa se convirtió en un fortín para la Selección, y Quito, la sede indiscutible para los partidos de Clasificatorias al Mundial. Años más tarde, ya bajo la administración de Luis Chiriboga, las excelentes relaciones que se mantenían con Rodrigo Paz permitieron que el Director Técnico sugerido por el dirigente de Liga de Quito, Hernán Darío Gómez, asuma el comando de la Selección, así como que el estadio Casa Blanca pudiera albergar al menos dos partidos del proceso rumbo a Corea del Sur – Japón 2002: contra las modestas Venezuela y Bolivia, pues los estrategas expertos en la materia, sugerían que jugar contra selecciones rápidas como Colombia, Argentina o Brasil, sería una desventaja en un césped tan veloz como el que caracteriza al Estadio de Liga.


Quienes han vivido en las entrañas del “monstruo” que es el balompié ecuatoriano, han rumoreado que el distanciamiento entre Chiriboga y Paz tuvo, entre otros ingredientes, el hecho de que la Selección Nacional no volvió a jugar ningún partido más en el Estadio de Liga durante todas las eliminatorias subsiguientes. Los intereses políticos y económicos son determinantes en esta toma de decisiones.

Al asumir Francisco Egas la Presidencia de la FEF, auspiciado principalmente por el bloque que lidera Liga Deportiva Universitaria en el universo de los clubes profesionales, estaba decretada la mudanza de la Selección al Estadio Rodrigo Paz Delgado, hecho que se confirmó tras una última “patada de ahogado” de la Concentración Deportiva de Pichincha, que presentó en ruidosa rueda de prensa las nuevas luces led en el Estadio Olímpico Atahualpa, lo que lo habilitaba perfectamente para jugar partidos internacionales. El sacar a la Selección del Atahualpa era una tarea difícil, otros lo habían intentado sin éxito bajo el argumento de que los seleccionados juegan en su mayoría al nivel del mar. El migrar a Ponceano era el paso más complicado, desde allí se podrá más sencillamente proponer al Estadio Capwell o nuevamente al Monumental como sedes alternas.


El Estadio de Liga es un escenario más moderno, casi 50 años más joven que el Atahualpa, se inauguró en 1997 cuando Rodrigo Paz volvió a presidir la Comisión de Fútbol. Al mismo tiempo salió al aire radio La Red bajo la dirección de quien fuera su vicealcalde, amigo, coideario político y deportivo, Alfonso Laso Bermeo, medio que funcionó como una importante plataforma para difundir la gestión deportiva de Paz al final esa década, que terminó con los títulos de 1998 y 1999. Su primer partido oficial fue contra Deportivo Quito, un debut que terminó uno a uno en un juego memorable que tuvo Placa Recordatoria incluida en el complejo Ney Mancheno Velazco de Carcelén, pues el empate del Quito se dio con nueve jugadores y sin director técnico, luego de que Polo Carrera, en una anécdota que aún esquiva, le lanzara monedas al árbitro por la calentura de lo que sería uno de los más importantes clásicos del fútbol ecuatoriano en las próximas décadas. Sin ser sede de partidos de la Selección, Casa Blanca recibió algún multitudinario encuentro religioso, así como a Paul McCartney en 2014.

El aforo y la estructura moderna juegan a favor de Liga, pese a que siempre hay dificultad entre sus aficionados de Tribuna y Palco para poder mirar los tiros de esquina desde sus asientos y que los dueños de suite reclamen los beneficios de su propiedad horizontal; y aunque la cancha del añejo “Coloso del Batán” siempre ha sido más pesada y hostil para los equipos visitantes, solo nos queda el anhelo que el cambio de “casa” tenga criterios técnicos, logísticos, deportivos y no solo comerciales.

Felipe Caicedo celebra un gol con la camiseta de Ecuador en el estadio Olímpico Atahualpa

Felipe Caicedo celebra un gol con la camiseta de Ecuador en el estadio Olímpico Atahualpa. Foto: Archivo EFE