El peor momento de la LigaPro
La LigaPro es una organización de clubes que voluntaria y aceleradamente se reunieron para conformar un torneo de fútbol profesional masculino, que pudiera vender sus propios derechos de transmisión, ante el fracaso de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) en este propósito.
Hasta el 2012 cada club, en un tira y afloja de medios de comunicación locales, podía vender sus propios derechos de transmisión al canal de televisión que creyera conveniente. Los más viejos del lugar recordarán que al campeonato ecuatoriano de fútbol lo vimos por Gamavisión, Telecentro, Teleamazonas, Ecuavisa, Canal 1, Telesistema y demás.
En 2013, Luis Chiriboga asumió como propios todos los derechos de transmisión, aduciendo que el campeonato le pertenecía a la FEF y ningún club podía venderlos de manera individual, decisión que favorecía a las tres cuartas partes de equipos de la Serie A y Serie B, acostumbrados, la mayoría de ellos, a vender sus derechos por ofertas mínimas, como lo contó alguna vez el propio Eduardo Granizo, ex presidente del Centro Deportivo Olmedo: “La televisión nos adquiría los derechos de exclusividad y pagaba un rubro cercano a los cien mil dólares, pero solo transmitía los partidos que al canal le convenía”.
La maniobra se dio porque Chiriboga ya tenía al Estado ecuatoriano como ofertante a través de canales incautados. Cinco años duró ese romance de cerca de 70 millones de dólares (¿?) hasta que, en 2017, ya con “el patrón” caído en desgracia por el FIFA Gate, Carlos Villacis, un vicepresidente a todas luces aferrado al cargo de presidente, quiso sostener el torneo en la FEF, pero con nuevo socio comercial. Fue Esteban Paz, a decir de él mismo, quien presentó a Francisco Casal, propietario de GolTv, para que sea la empresa uruguaya quien se haga con los derechos de transmisión. Una arremetida legal encabezada por Abdalá Bucaram Pulley se lo impidió, obligando a la FEF a desprenderse del campeonato ecuatoriano de fútbol y a Villacís de la FEF.
En ese contexto nace la LigaPro, de manera atropellada, con el propósito emergente de que exista una organización a la que Tenfield (GolTv) pudiera comprarle los derechos de transmisión. Lo que fue un club de dirigentes y amigos llenos de promesas y confiados de prosperidad, hoy es un costal lleno de gatos que se aruñan unos a otros. Y con razón. Tras el fallido “golpe de estadio” en contra de Francisco Egas por parte de seis integrantes de un directorio de nueve, las relaciones internas se fueron al piso. Miguel Loor, presidente de LigaPro, fue el primero en sacarse la foto junto a Jaime Estrada, presidente de Manta F.C., quien asumió como flamante y efímero presidente de la FEF. “Mi relación con Egas, del 1 al 10, es cero”, es lo que dice Loor de Egas; por su parte, el ex dirigente de Universidad Católica, sienta en su mesa chica a Esteban Paz de Liga Deportiva Universitaria y a Michel Deller del Independiente del Valle.
“La LigaPro no sirve para nada, solo para recaudar fondos y vivir de eso”, argumenta Luis Chango, presidente del Mushuc Runa, club que juega como local en Echaleche, estadio al que ni Barcelona ni Emelec van a jugar. Se aduce que ambos equipos deben presentarse en horario Triple A para la televisión (razón no les falta) y Echaleche no tiene iluminación; sin embargo, jugar a las 16:00 jamás ha sido una catástrofe económica para un país como Ecuador que mira la final de la Champions League a las 14:00. Por si quitarle el derecho a jugar como local en su estadio al Mushuc Runa no fuera suficiente, el deporte ecuatoriano recordará por muchos años el vergonzoso show de presentar a Aucas con siete futbolistas en el estadio Monumental ante Barcelona, luego de que una decena de sus integrantes dieran positivo por Covid-19. “Si hay más de cinco contagiados, debe primar el sentido común”, disparó Egas, ante una LigaPro que defiende, con reglamento bajo el brazo, que una delegación deba viajar de Quito a Guayaquil, pernoctar y presentarse a jugar 15 minutos con siete futbolistas, todo esto bajo una emergencia de contagios masivos dentro del club. Inaceptable.
Con estos antecedentes de la última semana, sin entrar en detalles de los errores del arbitraje que sigue jugando papeles decisivos en los resultados, la LigaPro, sin duda, atraviesa su peor momento desde su fortuita creación. Las facciones de dirigentes enfrentados se hacen cada vez más numerosas y las alianzas van sentando en la misma mesa a antiguos adversarios para tumbarse a nuevos enemigos. Ya hay quienes piden la renuncia de Loor y van sumando mayoría. Y es que como enseñaba Publio Siro en la Roma de los emperadores, “El hoy es el discípulo del ayer”.