Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO. Síguelo en Twitter: @guapodelabarra
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jueves 13 de junio 2019

¡No abandonemos a la Tricolor Sub 20!

Alejandro Ribadeneira
Twitter: @guapodelabarra

Lo peor que puede pasar es que, dentro de cinco años, cuando se haga un recuento de cómo les fue a los mundialistas de la Sub 20 después del torneo en Polonia, nos topemos con que estos estupendos jugadores fueron abandonados y acabaron de suplentes en equipos mediocres, sin opciones reales de progresar, borrados de las siguientes convocatorias nacionales por su falta de actividad o, simplemente, retirados del fútbol y desencantados del deporte y la vida.


El proceso, el verdadero, no acaba ahora. Todo el esfuerzo de recorrer el país en busca de los mejores juveniles, de recolectar estadísticas y videos, de charlar y de llorar, tiene auténtico sentido si la mayoría logra despuntar en el profesionalismo y construye una carrera digna de imitarse por los que vienen detrás. Procesos como el que ha encabezado el profesor Jorge Célico no se hacen para armar una selección y ya, sino que se cumplen para algo más grande. Dejar a los jugadores a su buena estrella equivale a la locura de un campesino que siembra con denuedo, pero que luego se marcha a casa porque piensa que la cosecha se hará sola.


Por supuesto, la actuación de la Sub 20 nos deja otras lecciones. Por ejemplo, es más valioso aprender compitiendo que acudir a un torneo con la cerviz inclinada de antemano. También, que es posible ser campeones de América del Sur sin haber nacido en Buenos Aires, Montevideo o Sao Paulo. Además, el equipo siempre es más importante que la individualidad. Y que se puede perder, pero con dignidad. Ojalá los clubes, los agentes y las familias de cada uno continúen con el proceso y tengamos a casi todos estos jugadores convertidos en embajadores de nuestro fútbol.