Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO. Síguelo en Twitter: @guapodelabarra
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jueves 14 de mayo 2020

5 razones para decir de una vez que BSC vs. LDU es el clásico nacional

Alejandro Ribadeneira

Isidro Romero, el artífice de la etapa más rica de Barcelona SC y constructor del Monumental, tardó cinco años en aceptar lo que escribí hace un lustro sobre el duelo BSC-LDU como el único cotejo que realmente puede llamarse 'clásico nacional'.


Es momento, entonces, de reafirmar la vigencia de estas cinco razones para llamar 'Clásico ecuatoriano' al duelo de canarios y universitarios:


1. Duelo regional, parte 1: la semántica
Hablando en estricto buen castellano, los duelos de gran rivalidad de una misma ciudad se llaman 'derbis' y tenemos ejemplos muy claros: River-Boca, Corinthians-Sao Paulo, Barcelona-Emelec y otros. Pero, ¿cómo se llaman los partidos que se caracterizan por una alta rivalidad pero de equipos de diferentes ciudades o regiones? Exacto: clásicos. Por ejemplo, Chivas-América, Real Madrid-Barcelona y otros. La pregunta es: ¿cuál es el partido que refleja mejor esa condición de rivalidad regional en Ecuador, país fatalmente marcado en su historia por esa división de dos regiones con acentos en el lenguaje, modos de vida y visiones diferentes? Respuesta: Liga de Quito-Barcelona SC. No existe otro y, a estas alturas de la historia de la República, quizás ya no exista.


​2. Duelo regional, parte 2: el Astillero
Es verdad que no siempre fue así. El primer gran duelo inter-regional (que no fue llamado clásico) era el de Barcelona con El Nacional. La trascendencia de sus títulos y de sus plantillas (media selección salía de cada equipo) lo convirtieron en el partido NACIONAL más importante, a pesar de que la prensa de Guayaquil consolidaba la idea del 'Clásico del Astillero', que siempre fue un derbi entre canarios y emelecistas que pocas veces definió un título, además. El regionalismo (y el antimilitarismo) hizo que en Guayaquil jamás se le diera al BSC-El Nacional la etiqueta que realmente merecía y que se le adjudicara al clásico del Astillero una importancia supuestamente nacional que nunca llegó a reflejarse en la realidad. El auge de la TV aupó esta última idea. Además, la artificialidad del duelo BSC-CSE quedaba expuesta en algunos frentes, sobre todo en que los dirigentes de ambos equipos, supuestos archirrivales, compartían los mismos partidos políticos (cada vez más cantonales, como el PSC, PRIAN y el PRE) y el mismo círculo social y empresarial. Como eran muy parecidos, no podían -siguen sin poderlo hacer- reflejar una contradicción nacional. A los ojos de los serranos, o sea, de la otra parte del país, eran lo mismo.


3. Duelo regional, parte 3: las mayores hinchadas
El declive de El Nacional (sin dinero militar ya no fue lo mismo) y el despunte arrollador de Liga desde que empezó la construcción del estadio y que tuvo su punto culminante en la Libertadores del 2008, generó que la U tomara el lugar del Nachito en la confrontación regional. Pero fue tan brutal esta irrupción (ganar la Copa y otros tres títulos fue un fuerte golpe para la conciencia de una región que aspiraba a ser la primera en obtenerla), que los cotejos entre Barcelona y Liga pasaron a ser los más taquilleros de la década del 2000-2010, para desesperación de los viejos pregoneros del Clásico del Astillero. ¿Por qué esa rivalidad creció tanto para que la gente de las dos ciudades colmara los estadios? Por el componente regional: Liga y Barcelona representan, ellos sí, mundos diferentes, modos de entender el fútbol, de hacer negocios, estilos políticos contradictorios y hasta modos de aplicar esa rara ciencia llamada mercadeo. Son justamente eso: dos marcas opuestas. Además, por fin existía una lógica evidente para todo clásico que se respete: son equipos con las mayores hinchadas de sus ciudades. Sí, Ecuador tardó 60 años en encontrar su clásico. Es este. No lo duden.


​4. Duelo regional, parte 4: BSC en Quito
Falta un detalle clave: el arraigo que adquirió BSC en Quito. Las campañas de Barcelona en la Libertadores generaron que muchos quiteños, desapegados de las cuestiones regionales ya descritas, se hicieran barcelonistas. Y esos quiteños son quienes elevaron el duelo con Liga a nivel de clásico, aunque la etiqueta cueste ponerla por asuntos de tradición y recelo a quedar mal con alguien. En Quito genera mucho más impacto el duelo BSC-LDU que el BSC-CSE. Puede decirse que el derbi de Quito ya no es Aucas-LDU sino BSC-LDU.


5. Todo cambia y el mito de la FIFA
El fútbol, como toda actividad humana, cambia todo el tiempo. No hay razón para pensar que un clásico es 'inmortal'. Es como pensar con nostalgia de las batallas entre romanos y cartagineses. Todo se mueve. Quizás en 20 años ni BSC ni LDU existan como hoy ya no existen los primeros clubes que se fundaron. Pero hoy, el duelo nacional, el que refleja las tensiones de esta República, es el de canarios y albos. Y, por favor, no repitan que la FIFA solo reconoce dos clásicos en Ecuador, que eso NO ES CIERTO. En la web de la FIFA solo existe un mal artículo periodístico, desactualizado y tendencioso. La FIFA no entrega certificados para un clásico. Solo la gente en los estadios puede determinar qué es un clásico. No querer verlo ya es otra cosa.

Barcelona y Liga de Quito buscan acercarse a la Copa Sudamericana del 2014. Foto: BF

Barcelona y Liga de Quito, en un cotejo del 2014. Foto: BF