Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO. Síguelo en Twitter: @guapodelabarra
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lunes 02 de julio 2018

Mundial, días 17 y 18: solo Modric sobrevive a la extinción de las estrellas

Alejandro Ribadeneira

El fin de semana ha sido cruel con las estrellas, casi todas apagadas demasiado pronto, una consecuencia de este Mundial de locuras sin fin. El argentino Lionel Messi, otra vez, fue incapaz de rescatar de la debacle a su equipo, que lució en cámara lenta frente a una Francia ultra veloz, joven, reluciente por su trato a la pelota. Kylian Mbappé, con 19 añitos, anotó dos de los cuatro goles con que el equipo de Deschamps despachó a los muchachos de Sampaoli, que pusieron entrega, pero poco más.


Messi volvió a ser un fantasma cuando más se necesitaba de su presencia corpórea, de sus pases, de su visión para el gol. Pero el argentino volvió a fallar en su cuarto Mundial y es inquietante la sensación de que ya no tendrá otra oportunidad para ser campeón del mundo, el único trofeo que le falta. Y eso ocurre justo cuando Mbappé firma una actuación increíble, para los anales del torneo, de esas de rey depuesto, rey coronado. Messi, a esa edad, era suplente en Alemania 2006.


A Cristiano Ronaldo, el archirrival de Messi en los Balones de Oro, le fue igual de mal. El portugués ha ido de más a menos, del fabuloso triplete con España en un cotejo épico, a una eliminación en que el galán del fútbol, el estupendo vendedor de perfumes y champú, tampoco fue gravitante. Uruguay se especializa en eso, en borrar a las estrellas con su fútbol implacable. Como es implacable el poder anotador de sus arietes. En esta ocasión fue Cavani, con sus dos goles, quien prácticamente pone fin a los sueños de Cristiano de ganar la Copa del Mundo.


Si lo de Messi y Cristiano ha sido el ocaso de los cracks más alabados de la década, el hundimiento de España ante Rusia en penaltis es el fin de una era colectiva de gloria, que empezó hace diez años justamente cuando se venció a Italia en los tiros desde los doce pasos, y de esa misma manera se sella el punto final. Lo alarmante es que este fin no llega por cuenta de Alemania, Brasil o Portugal, sino de un equipo sin pergaminos, secundario, cuya gran virtud fue defenderse y aguantar con una fe más intensa que la de Job. Sí, la peor Rusia de la últimas dos décadas sacó del camino a una selección que estaba invicta dos años. Claro, también afectó el despido del entrenador a tres días del debut, un suicidio evidente, pero también es claro que España no fue superior a Irán y Marruecos, ya que este Mundial le quedó enorme. Es la jubilación de Iniesta y la de un estilo.


Solo Luka Modric, el Mago Croata, pudo sobrevivir a esta poda de cracks. Aunque por un momento se vio afuera, al fallar un penalti al cierre del segundo tiempo extra, lo que forzó a Croacia y Dinamarca a definir el partido desde los lanzamientos penaltis. Croacia se impuso gracias a la habilidad del portero Subasic y avanzó a cuartos de final. Modric, con 33 años, no tendrá más mundiales para alcanzar lo realizado por la generación de Suker en 1998, cuando Croacia fue tercera. Es ahora o ahora. Por lo pronto, Modric llega más lejos que Messi, CR7 y toda España.