Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO. Síguelo en Twitter: @guapodelabarra
  • Perder es parte del juego y no hay mayor drama en ello. A veces se gana, a veces se es campeón y a veces toca aplaudir al rival. Pero perder como lo ha hecho LDU durante todo el año, tragándose goleadas como nunca antes, es otra cosa. Es descender de nivel. Es hacerse enano. Es reducirse hasta un peligroso punto, el de regresar a la mediocridad sin retorno. Este 2016 los albos mantuvieron la dirección decadente inaugurada en el 2011 y que el subcampeonato del 2105 no podía ocultar. Todo saben que ese subtítulo fue más producto del azar que de la calidad del equipo. El 4 de diciembre, el tiempo y El Nacional pusieron a Liga en el lugar que merece.
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