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jueves 06 de julio 2017

Liga es un champús

Diego Valencia
Opinión (O)
Twitter: @dvalenciavela

Esteban Paz, en su última rueda de prensa, manifestó que los jugadores le habían pedido que Munúa se quedara. Pocas horas más tarde, en el video que se hizo viral en redes sociales, les reclama a los mismos jugadores que “se comieron al Técnico” y muy enojado les exige que “se dejen de huevadas”.


Tachó de “mentirosos” a quienes aseguraron que la confianza extrema que endosaron al saliente uruguayo se debía a “un poder extraño” a la institución, sin embargo querían sacarlo desde hace mucho, a tal punto que su despedida fue un secreto a voces a pesar de la insistencia dirigencial que trataba de sostenerlo, negando de forma inútil los supuestos rumores que terminaron siendo ciertos. Munúa se fue.

“Vamos a ganar la etapa” aseguró el dirigente, pero al siguiente día, a su llegada, el reemplazante de Munúa con mayor sensatez y cabeza fría, solo dijo que se debe esperar. Y Pablo Repetto tiene razón, la recuperación requiere tiempo y voluntad, y él no llega con la “varita mágica” como preguntaba un distraído periodista ya que no solo se trata de aspectos deportivos sino humanos. Ese rubro tan venido a menos en el plantel de Liga de Quito, cosa que permitió a uno de los desleales miembros del convulsionado camerino albo olvidarse de los famosos “códigos” que tanto defienden los futbolistas para tratar de exponer de forma negativa a uno de sus jefes. ¡Deplorable!

En lo que tiene razón el heredero de Don Rodrigo es en reclamar por el maltrato que ha recibido por parte de fanáticos y algunos de sus periodistas militantes, quienes hasta hace poco, erigían su figura y la de su padre como la de “los mejores dirigentes de la historia”. Creo no fueron los mejores antes ni los peores ahora; son seres humanos dispuestos al error y obligados a la reivindicación, gracias al amor interminable que guardan por el equipo del cual son hinchas acérrimos y al que han convertido en una verdadera institución.

A pesar de todo este champús, hay algo tan cierto como lo anterior, Liga de Quito no puede estar en mejores manos que las de estos señores, y si hay alguien que crea lo contrario, que responda con “plata y persona” y se ponga al frente, más allá de tratar de denostar su buen nombre -muchas veces desde el cobarde anonimato- auspiciado por la cloaca en la que se convierte a ratos el Twitter.

Mientras tanto, en medio de tanta incertidumbre, en buena hora que Pablo Repetto, el gran llamado a dar el ansiado “golpe de timón”, lo que menos utiliza es champú.