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viernes 17 de junio 2016

El liderazgo de Noboa, verdadera sabiduría

Diego Valencia

Uno de “los líderes” indiscutibles de la selección ecuatoriana de fútbol es el volante Cristhian Noboa. Lo pongo entre comillas ya que varios de sus compañeros así considerados, no han ejercido efectivamente aquel atributo; sobre todo por una característica que los líderes deben tener y es lo que les falta: la autocrítica.


Más allá de sus virtudes futbolísticas -que deberían ser suficientes para catalogarlo como un gran profesional- Noboa además comprende tácitamente que el discurso debe ir más allá de frases cliché que se repiten sin discrimen: “Vamos a seguir trabajando”; “hicimos lo que nos dijo el profe”; “el próximo será un rival difícil”, repiten y repiten sobre todo cuando se trata de justificar una derrota…

No es el caso del ex Emelec; sus palabras trascienden sus verdaderas sensaciones. Luego del empate con Perú, salió al paso para proponer un análisis muy consciente de las falencias de su equipo: “Estamos dormidos, muy desconcentrados (…) si este equipo no tendría más, diría ´es lo que hay´, pero en su momento demostramos que podemos dar mucho más y debemos corregir…” Estas palabras son una muestra de una posición firme y honesta, ergo liderazgo auténtico.

Hoy en día, las características de un verdadero profesional en cualquier rama están encaminadas a cumplir con los encargos que se le encomienda o por los cuales se lo contrata, pero además, uno de los grandes valores agregados que marca la diferencia -y más si es una persona pública- está en lidiar con respeto ante las críticas o comentarios que se rigen a su labor.

El fútbol ha demostrado que nos enseña todos los días. “Es como la vida”, dicen los expertos, pero ni ellos, los Guardiola, Bielsa, Mourinho, Messi o Ronaldo, han salido luego de un buen o mal partido a descalificar a sus detractores bajo el único recurso de llamar “idiotas o antipatriotas” a sus críticos, como lo hizo el DT Gustavo Quinteros, o desafiando a los que “no saben de fútbol" como lo hizo él mismo y hasta Luis Antonio Valencia luego de su expulsión antes del viaje de regreso para quien “solo los que saben de fútbol, comprenderán”.

Me pregunto, ¿qué es “saber de fútbol”? Si se supone que “los que saben mucho” dejaron pasar balones en el arco propio, otros no lo pudieron embocar en el arco ajeno y hasta se hicieron expulsar cuando más lo necesitamos en el partido frente a los estadounidenses.

El fútbol es el arte de lo inesperado, no se puede -como frente a una máquina- esperar la misma respuesta siempre. Pero otra cosa también está clara, hace falta autocrítica, tolerancia y conciencia, esa que habla al oído con tu propia voz, o como lo hace Cristhian Noboa y te dice “hay que mejorar, estamos jugando mal”.