¿Dónde están? ¿Quiénes son los enemigos de la Selección?
Hablar de la Selección se está volviendo un tema delicado. El entrenador Gustavo Quinteros está dividiendo en dos grupos cada vez que responde a sus críticos: los que están con Ecuador y los que están en contra. Los que lanzan flores y elogios cuando pierde y los que igual prenden el ventilador para aventar lodo cuando gana. Incluso hasta cuando golea.
Quinteros ha entrado en el peligroso juego de responder a los opositores. El DT justificó que son 'dos o tres' los que critican a los seleccionados y por eso usó palabras innecesarias (idiotas). No es la mejor respuesta que puede tener un entrenador expuesto a la crítica todo el tiempo.
Es verdad algo. Hay extremistas que no lo quieren ver en el puesto. Pero también están los otros. Los que venden la idea que es el mejor entrenador de Sudamérica y que la Selección es un referente del fútbol mundial. Ambos criterios están equivocados y son los que riegan gasolina en la confrontación.
Lo peor -y lamentable- es que en ambos lados están involucrados periodistas o gente vinculada al fútbol. Hay la idea que la prensa está para apoyar a la Selección y no es así. La prensa está para contar lo bueno, lo malo y lo feo. Para cuestionar cuando sea necesario y felicitar cuando haya que felicitar. El apoyo, el jolgorio, la alegría, el delirio, la amargura, la frustración... Eso está para el hincha. La prensa está para otra cosa y no para subirse a ninguna camioneta.
La era Quinteros puede dejar muchas enseñanzas a todos. Ojalá una de ellas sea aceptar las críticas y no intentar ubicar como antipatria al que opina lo malo de la Selección. No es que se busca un dato estadístico negativo para desestabilizar a Quinteros. ¡No! Para nada. Lo que se busca es el crecimiento con autocrítica.